PASO 2021: ¿Cuántos votos necesitará el segundo para meterse en la lista ganadora?

Descifrar el escrutinio de las PASO en Entre Ríos el próximo domingo 12 de septiembre tal vez requiera del auxilio de algún experto matemático o de, cuanto menos, planillas de Excel preformateadas, que permitan entrecruzar variables tales como pisos de votos, proporcionalidades y géneros.

En su origen, las PASO fueron creadas para que cada fuerza política sometiera al voto de la gente la selección de los candidatos que competirán en las generales. Pero, una cosa es el deber ser y otra lo que es; una cosa lo que dicen las leyes y otra cosa cómo luego se las aplica. 

En este 2021, sólo algunas fuerzas usarán las PASO para aquello que les da razón de ser. El ejemplo más evidente, aunque no el único, es el de Juntos por Entre Ríos, donde Rogelio Frigerio, Pedro Galimberti y Carlos González encabezan tres listas que pugnarán por las candidaturas. En cambio, el PJ prefirió presentar una única opción, con el concordiense Enrique Cresto en primer lugar.

Salvo que ocurriera una debacle electoral, se supone que el domingo por la noche la foto de Cresto aparecerá en las pantallas de cómputos al lado del mayor porcentaje de sufragios, si el cálculo se hace en base al total absoluto de votos emitidos. Sería lógico que así fuera, porque Cresto acapara para sí todos los que obtenga la fuerza gobernante. Claro que tal comparación tiene algo de engañosa. Lo más lógico será cotejar el total que consiga el intendente de la capital del citrus en uso de licencia con la suma de los votos de los opositores Galimberti, Frigerio y González.

El piso del 25% para el segundo

¿Y qué ocurrirá con la lista definitiva de Juntos por Entre Ríos? ¿Es posible que termine mezclando nombres de los contendientes? ¿Podrían resultar elegidos, por ejemplo, tanto Frigerio como Galimberti?

Sí, es posible, aunque no resulte sencillo. El acuerdo al que llegaron es que se aplicará el sistema proporcional D’Hondt para determinar la integración definitiva de la lista, pero para tener chances primero hay que cumplir con un requisito imprescindible: haber alcanzado el 25% de los votos del total que reciba la fuerza.

Siendo así, los más ansiosos se preguntan cuántos votos necesitaría quien salga segundo para tener alguna posibilidad de calzar nombres en la lista final. Es imposible saberlo con exactitud, porque ese 25% es una variable que depende del total que alcance la fuerza.

Sólo a modo de ejemplo, si Juntos x Entre Ríos obtuviera el próximo 12 de septiembre la misma cantidad de votos de las PASO de 2017, es decir 375.301, ese piso del 25 % sería de 93.825 votos.

Intentando entender el Sistema D’Hondt

Dando un paso más en este terreno hipotético, ¿cómo sería el reparto de las candidaturas si el segundo consigue 95.000 votos (una pizca más del 25%) y el primero 280.301?

Allí es donde entra a jugar la compleja aplicación del Sistema Proporcional D’Hondt, creado por el jurista belga Víctor D’Hondt, allá por el año 1878. No es que sea tan difícil la fórmula, pero se vuelve complicado aplicarla un domingo a la noche, cuando por lo general ni siquiera se conocen los números exactos de votos.

La explicación de la fórmula puede sonar a chino básico para quienes no estamos familiarizados con la matemática: “El número de votos recibidos por cada lista se divide sucesivamente por cada uno de los divisores, desde 1 hasta el número total de candidaturas a repartir (5 en esta ocasión). La asignación de las candidaturas se hace ordenando los cocientes de mayor a menor y asignando a cada uno un escaño hasta que estos se agoten”.

Como todas las cosas complicadas, un ejemplo tal vez sirva para comprender cómo se aplica esta fórmula. Usemos las cifras imaginarias de dos listas y veamos cómo se hace el cálculo:

Una vez efectuadas todas estas operaciones, se ordenan los resultados obtenidos de mayor a menor, para determinar cuáles de los 5 lugares en disputa ocupará cada lista. En este ejemplo, sería así:

Como se puede apreciar, la segunda fuerza consigue calzar uno de sus precandidatos en el tercer lugar.

Si no rigiera la paridad de géneros, sería fácil deducir que el primer precandidato de la lista que salga segunda, máxime si la elección es pareja, conseguirá meterse en la boleta de candidatos definitiva que competirá en noviembre. Pero podría ocurrir que no.

Por caso, si al aplicar el sistema D’Hondt, la segunda candidatura le correspondiere a la fuerza que termine en segundo puesto en las PASO, en vez de entrar Frigerio o Galimberti, serían Marcela Ántola o Mariana Salinas.

Fuente: El Entre Ríos

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