Lapidario pronóstico sobre la Argentina de uno de los grandes bancos de inversión de EE.UU.

El J.P. Morgan prevé que la inflación continúe por encima de dos dígitos hasta fin de año; hay más alarmas

WASHINGTON.- Los pronósticos de inflación que comenzaron a circular poco después de que se conoció el dato de agosto, que marcó un nuevo salto de los precios, anticipan una mayor inflación para el cierre de este año con un descarrilamiento más profundo de la economía alentado por el arrastre que dejó la devaluación, la incertidumbre electoral y el impacto del llamado “plan platita” lanzado por el ministro de Economía y candidato presidencial, Sergio Massa.

Un informe del banco de inversión J.P. Morgan prevé que la inflación en la Argentina llegará al 190% anual en diciembre luego de que el alza del costo se mantenga en los dos dígitos mensuales durante lo que resta del año debido a la devaluación y la ausencia de un plan de estabilización que ancle la economía. El lapidario pronóstico aparece en línea con las proyecciones de los economistas privados en la Argentina –Miguel Ángel Broda prevé una inflación anual del 180%, una cifra que puede “resultar un piso”, alertó–, y anticipa un deterioro agudo para la economía durante los próximos meses, agravado por la incertidumbre que genera el desenlace de la elección presidencial.

“Después del ajuste discreto del tipo de cambio oficial posterior a las PASO, esperamos que la inflación sea de dos dígitos hasta fin de año”, indica el informe, escrito por Diego Pereira y Lucila Barbeito.

El análisis de los economistas pronostica que la suba del índice de precios al consumidor IPC llegará al 190% interanual en diciembre, y alerta que “los riesgos se inclinan al alza debido al muy incierto resultado de las elecciones y a la creciente inflación reprimida”. El banco de Wall Street prevé que la inflación promedio hasta fin de año será del 12,8% mensual luego del mix de políticas que aplicó el ministro de Economía, Sergio Massa, tras cerrar el último acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

El informe fue difundido ayer por la tarde, antes del anuncio de la devolución del IVA para los productos de la canasta básica, el último intento del Gobierno por intentar emparchar el azote de los precios en los bolsillos de los consumidores.

Economistas y la oposición han denostado las últimas medidas de Massa, a las que bautizaron como un nuevo “plan platita” con fines electorales, argumentan, que sólo empeorará los problemas de la economía. Los anuncios de Massa, que también decidió congelar tarifas, van en contra de lo que el propio Massa había acordado con el FMI, que en los últimos mensajes públicos desde que se aprobó el último acuerdo ha hecho especial hincapié en la necesidad de acelerar el ajuste fiscal para bajar la inflación y estabilizar la economía.

Sergio Massa durante los anuncios
Sergio Massa durante los anunciosMECON

Martín Castellano, economista jefe para América latina del Instituto Internacional de Finanzas, la asociación global de la industria financiera que provee análisis sobre la economía, dijo en un mensaje en la red social X, antes Twitter, que sin un ajuste en el gasto, “los recientes recortes de impuestos significan una impresión adicional de pesos” que terminarán alentando aún más la inflación.

“La inflación en Argentina fue del 12,4 por ciento intermensual en agosto, la más alta desde 1991, impulsada por la devaluación del tipo de cambio posterior a las primarias. Sin un ajuste del gasto, los recientes recortes de impuestos significan una impresión adicional de pesos. Entonces, estas medidas elevarán aún más la inflación, un impuesto más dañino y regresivo”, indicó Castellano.

El escenario base de J.P. Morgan supone una inflación mensual de dos dígitos hasta fin de año luego de que el Gobierno “optó por una corrección discreta única del 22% del tipo de cambio oficial luego de las elecciones primarias” porque, en comparación con episodios de devaluación previos, “la transmisión a los precios resultaría mucho más fuerte esta vez, y la mayor parte se produciría en los primeros dos meses posteriores a la devaluación, en medio de la falta de un programa de estabilización, una brecha cambiaria persistentemente amplia y la alta inercia inflacionaria”, alertó la entidad.

El banco señaló además que el impacto de la devaluación se evaporará, llevando a una devaluación aún mayor. “Y si bien el ajuste cambiario ayuda a erosionar parte de la apreciación acumulada del tipo de cambio real en el corto plazo, la aceleración de la inflación esperada situaría el tipo de cambio real en un nivel más apreciado para las elecciones de octubre en comparación con nuestro escenario base anterior. Eso, en su momento, aumentará el ajuste cambiario necesario”, señaló el banco.

“En este contexto, los acuerdos de congelamiento de precios recientemente anunciados tendrían un efecto de corta duración para contener las presiones inflacionarias. Por el contrario, la creciente inflación reprimida creada por el congelamiento de precios agregará presiones al alza a la inflación hacia fin de año. De hecho, suponiendo que no haya aumentos en las tarifas, los combustibles y los actuales acuerdos de congelamiento de precios hasta finales de octubre, la inflación reprimida alcanzará el 12% para entonces, según nuestras estimaciones”, indica el informe. Y agrega: “Todos estos factores alimentarían la inercia inflacionaria hasta fin de año.

El economista Ramiro Castiñeira alertó que el déficit fiscal actual que muestra la Argentina sólo se observó en dos momentos previos en la historia de la Argentina, antes de la fuerte devaluación durante el gobierno de Isabel Perón, conocica como el “Rodrigazo”, y en 1989, antes de la hiperinflación que marcó el final del gobierno de Raúl Alfonsín.

“Un déficit fiscal de esta magnitud sólo se observó en 1975 en la previa al Rodrigazo, y en 1989 en la previa a la Hiperinflación”, alertó Ramiro Castiñeira en la red social X, antes Twitter.

Melisa Sala, economista de la consultora LCG, dijo por ejemplo que la eliminación del mínimo no imponible “tenderá a presionar sobre la cotización del dólar libre”, que a su vez le pone más presión al alza del costo de vida. A eso se agrega además el atraso acumulado del dólar oficial, que Massa decidió dejar fijo en 350 pesos hasta después de las elecciones, cuando se espera un nuevo ajuste.

“Más allá de esto, la mayor demanda que puedan generar estas políticas expansivas no debería tener un efecto inmediato sobre los precios en virtud de los controles y congelamientos extensivos a los que apeló el Gobierno hasta las elecciones. Pero sí los tendrá después cuando comience a descongelar el 40 por ciento de la canasta del IPC y el dólar fijado en 350 pesos. Nuestra proyección de inflación a fin de año se ubica en torno a 190% anual”, agrego Sala.

Gabriel Caamaño Gómez, de la consultora Ledesma, dijo que es difícil medir el impacto, “pero lo seguro es que siguen emitiendo y desanclando expectativas”, y esto contribuye a que haya más inflación.

“No está construyendo horizonte o dejando que los otros lo construyan. Lo esta detonando”, completó.

Rafael Mathus Ruiz

Fuente: La Nación

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