“La crueldad detrás de la diversión: Por qué la caza deportiva debería ser abolida”

Con la intención de retomar la caza de animales autóctonos, el gobierno de Entre Ríos presentó sesgados estudios sobre aves que realizó sólo desde mediados del año pasado.

Convocada por la Dirección de Recursos Naturales de la Provincia a cargo de Mariano Farall, el pasado miércoles 22 de febrero se desarrolló en el Centro de Convenciones Papa Francisco de Villaguay una reunión para abordar temas vinculados a la caza menor y al turismo cinegético. En la misma, estuvieron presentes varios funcionarios provinciales como la Secretaria de Ambiente, Daniela García, además de representantes de clubes y cotos de caza y de las fuerzas públicas. No se invitó a instituciones ambientalistas ni a referentes del sector turístico.

La provincia de Entre Ríos ha sufrido en los últimos años una serie de desastres ambientales que han afectado gravemente la fauna silvestre de la región, especialmente a las poblaciones de aves acuáticas, como los patos. Los incendios forestales y la sequía inédita que azotaron la zona han tenido consecuencias nefastas en el ecosistema y han exacerbado una problemática importante en torno a la caza menor.

En Entre Ríos, la caza menor se ha convertido en una actividad recreativa muy popular, especialmente en áreas rurales y naturales. Los cazadores suelen buscar especies como la perdiz y el pato, que abundan en la región. Sin embargo, la situación actual de las poblaciones de aves silvestres es preocupante, después de que los incendios y la sequía afectaran gravemente sus hábitats naturales y disminuyeran su disponibilidad de alimento.

El gobierno entrerriano ha llevado a cabo algunos estudios poblacionales para evaluar el estado de las poblaciones de patos. Sin embargo, es importante destacar que la caza menor no debería existir como deporte. La práctica de la caza deportiva, independientemente de su regulación, es una actividad que va en contra de la conservación de las especies y el equilibrio ecológico de la región. (hay decenas de estudios de contaminación de agua de lagunas por plomo, debido a esta cruel y nefasta actividad).

La caza deportiva es una actividad que pone en peligro la vida de los animales hasta casi su exterminio y causa graves daños a sus hábitats naturales. Además, el impacto económico de la caza deportiva es a menudo negativo, ya que la actividad genera ingresos para unos pocos cazadores y empresas, mientras que los costos ambientales y sociales son asumidos por toda la sociedad.

Por esta razón, es fundamental que las autoridades de Entre Ríos trabajen en conjunto con las organizaciones ambientalistas para poner fin a la caza menor como actividad deportiva en la región. En su lugar, se deben promover alternativas turísticas y recreativas sostenibles que respeten la vida y la integridad de la fauna silvestre.

Ante la situación actual de las poblaciones de patos en Entre Ríos, es necesario que las autoridades tomen medidas adecuadas para garantizar su conservación. Esto implica la realización de estudios más rigurosos y profundos, que permitan tener una visión real del estado de las poblaciones y las necesidades de conservación. También es necesario que se establezcan medidas de protección y regulación estrictas para garantizar la preservación de las especies vulnerables.

En conclusión, la caza como deporte, no debería existir . Es necesario que las autoridades trabajen en colaboración con las organizaciones ambientalistas para garantizar un equilibrio adecuado entre la actividad humana y la conservación de la naturaleza, promoviendo alternativas turísticas y recreativas sostenibles que respeten la vida y la integridad de la fauna silvestre.

“La vida de los patos, como la de cualquier ser viviente, no debe ser tomada como un deporte”

FM del Este 100.5

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