Entre Ríos celebra a su patrono, San Miguel Arcángel. Cuál es su historia y qué oración rezar para pedir su ayuda
Esta figura bíblica, asociada a la protección divina por tratarse del jefe de las milicias del Cielo, es solicitada por muchas personas que quieren su impulso para no ceder al pecado
Cada 29 de septiembre, Entre Ríos celebra el día de su Santo Patrono San Miguel Arcángel, quien es considerado patrono protector de la provincia desde 1825. Sin embargo, recién en diciembre de 1851, el Papa Pío IX confirmó a San Miguel Arcángel como Patrono de la provincia.
Desde 1993, a través de un decreto, la provincia determinó que esta fecha sería feriado para la administración pública provincial y municipal, siendo optativo para comercios, industrias y empresas.
El Día de San Miguel Arcángel se celebra todos los 29 de septiembre, fecha en que se exalta a esta figura bíblica, a la cual muchos rezan oraciones para pedir su ayuda.
El término Arcángel que acompaña su nombre puede traducirse como “jefe de los ángeles”, lo que denota su importancia en la liturgia bíblica, donde se lo presenta como el “jefe de la milicia celestial”. Por eso, las representaciones de San Miguel lo muestran armado de una espada y recubierto por una armadura en el pecho, alado y con una balanza en la otra mano, que representa la Justicia divina.
Como subraya la Enciclopedia Británica, “temprano en la historia de la iglesia cristiana pasó a ser adorado como el ayudante de los ejércitos de Dios contra los paganos y los ataques del Diablo”. Entre otras cosas, recuerda esta fuente, “guarda el secreto de la poderosa palabra a través de la cual Dios creó el Cielo y la Tierra”, y también fue el ángel que habló a Moisés en el Monte Sinaí.
Se trata de uno de los siete arcángeles, y uno de los tres, junto a Gabriel y Rafael, que aparecen nombrados en la Biblia. En este texto sagrado, más precisamente en Daniel 12, se lo menciona al hablar del fin del mundo y del Anticristo: “En aquel tiempo surgirá Miguel, el gran príncipe que defiende a los hijos de tu pueblo.”
Pero por sobre todas las cosas, la Biblia lo consagra como el encargado de expulsar a Lucifer, ángel caído en desgracia, del Cielo. “Después hubo una gran batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles luchaban contra el dragón; y luchaban el dragón y sus ángeles”, narra este libro del texto sagrado en sus versículos 7 a 9. “Pero no prevalecieron, ni se halló ya lugar para ellos en el cielo. Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.
Por eso, muchas personas se acercan al Arcángel San Miguel para pedirle protección divina, así como el alejamiento de las tentaciones atribuidas a Satanás y la firmeza para mantenerse en el camino de los preceptos cristianos. Esto se puede hacer a través de un espíritu sincero, y dos oraciones tradicionales.
Oraciones para pedir a San Miguel Arcángel
San Miguel Arcángel,
defiéndenos en la batalla.
Sé nuestro amparo
contra las perversidad y asechanzas
del demonio.
Reprímale Dios, pedimos suplicantes,
y tu príncipe de la milicia celestial
arroja al infierno con el divino poder
a Satanás y a los otros espíritus malignos
que andan dispersos por el mundo
para la perdición de las almas.
Amén.
Para pedir la protección del Cielo
Oh gloriosísimo San Miguel Arcángel, príncipe y caudillo de los ejércitos celestiales, custodio y defensor de las almas, guarda de la Iglesia, vencedor, terror y espanto de los rebeldes espíritus infernales. Humildemente, te rogamos, te dignes librar de todo mal a los que a ti recurrimos con confianza; que tu favor nos ampare, tu fortaleza nos defienda y que, mediante tu incomparable protección adelantemos cada vez más en el servicio del Señor; que tu virtud nos esfuerce todos los días de nuestra vida, especialmente en el trance de la muerte, para que, defendidos por tu poder del infernal dragón y de todas sus asechanzas, cuando salgamos de este mundo seamos presentados por ti, libres de toda culpa, ante la Divina Majestad.
Amén.
Con Información de: LA NACION
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