El G20 puso a Vladimir Putin contra la pared: sus históricos aliados condenaron la guerra en Ucrania
Los presidentes de China, Indonesia e India emitieron declaraciones directa e indirectamente en contra del conflicto bélico y sus consecuencias. Lo hicieron en la cumbre del G20 en Bali.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, brilló por su ausencia en la cumbre del Grupo de los 20 (G20) en Bali, donde la guerra en Ucrania es uno de los temas centrales en línea con la consecuente militarización de Europa, la creciente amenaza nuclear y la crisis alimentaria derivada del conflicto.
El líder del Kremlin, que mantuvo su férreo ataque sobre Ucrania incluso mientras el propio presidente Volodimir Zelenski disertaba ante sus pares del G20 en la ciudad turística indonesa, obtuvo un nuevo revés: sus históricos aliados China e Indonesia tomaron distancia de Rusia al sumarse al resto de los países en la condena de la guerra en Ucrania por primera vez.
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Con base en datos y evitando sesgos innecesarios, los pragmáticos presidentes Xi Jinping y Joko Widodo no condenaron abiertamente la invasión de Rusia pero coincidieron en que el conflicto ocasionó “daños incalculables” al mundo, especialmente financieros.
Una postura similar mantuvo el primer ministro de India, Narendra Modi. A esto se sumó la condena explícita de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, cuya postura se diferencia de sus aliados políticos de gobierno y amigos de Putin, como Silvio Berlusconi.
Un llamado a evitar “otra Guerra Fría”
El anfitrión del G20, el presidente de Indonesia, Joko Widodo, hizo un llamado a “poner fin a la guerra” al inaugurar la cumbre este martes 15 de noviembre. “Ser responsable significa no crear situaciones de suma cero, ser responsable también significa que tenemos que terminar la guerra. Si la guerra no termina, será difícil para el mundo avanzar”, consignó Widodo.
El presidente así evitó mencionar directamente a Rusia, considerando la neutralidad que mantuvo desde el inicio del conflicto entre Kiev y Moscú, que lo llevó a evitar condenar a Putin ni a sumarse a la catarata de sanciones de la comunidad internacional. “No deberíamos dividir el mundo en partes. No debemos permitir que el mundo caiga en otra Guerra Fría”, declaró.
Uno de los encargados de transmitir el mensaje de Widodo fue el presidente de Francia, Emmanuel Macron, quien también deslizó la postura de China, el mayor aliado de Rusia respecto a la contención de Occidente. “Junto con el presidente Xi Jinping, pedimos que se respete la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”, tuiteó a primera hora del martes el presidente francés.
Poco antes, el mandamás chino, uno de los más demandados para establecer reuniones bilaterales durante la cumbre, había dejado entrever su postura respecto al uso de la fuerza al afirmar que “debemos oponernos firmemente a la politización, instrumentalización y uso como arma de los problemas alimenticios y energéticos”. Sin embargo,en un gesto hacia su homólogo ruso, reafirmó su oposición a la política occidental de sanciones.
El giro en la postura contra Moscú de los presidentes de China e Indonesia se vio reflejado en la firma de la declaración conjunta que condena el uso de la guerra, prevista a ser oficializada en los próximos días. “Nuestra era no debe ser de guerra (…) Es fundamental defender el derecho internacional y el sistema multilateral que salvaguarda la paz y la estabilidad” y “el uso o amenaza de uso de armas nucleares es inadmisible”, señala el borrador de conclusiones del encuentro.
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Por qué Putin no fue a la cumbre del G20
Vladimir Putin, por su parte, decidió no asistir al foro que reúne a los mandatarios de las principales economías del mundo, uno de los encuentros geopolíticos de alto nivel más relevantes del orden multilateral. En su reemplazo, envió al ministro de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.
Lavrov, conocido por ser el principal interlocutor ruso desde el inicio de las hostilidades el pasado 24 de febrero, poco pudo hacer para evitar el documento con la declaración conjunta de los líderes del G20 respecto a la agresión rusa en Ucrania. La misma fue interpretada por Estados Unidos y sus aliados como una “victoria” y la confirmación de que el jefe de Estado estaría quedando más aislado y solo que nunca en medio de la contraofensiva ucraniana.
CD / ED
Fuente: Perfil
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