Se trata de integrantes del Bloque Juntos por el Cambio, quienes fueron recibidos por el intendente Darío Schneider.

El municipio de Crespo, ubicado en el departamento Paraná de la provincia de Entre Ríos, posee una planta modelo de tratamiento y reciclado de residuos, a la cual incorporó la fabricación de componentes constructivos en base a plástico reciclado molido (PET), desarrollados por el Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE), cuya patente pertenece a CONICET.

Crespo cuenta con dos máquinas en tándem para el triturado de las botellas de polietilen-tereftalato PET, uno grueso y otro fino, y una bloquera semiautomática que permite una producción de 6 ladrillos x minuto y los piletones de fraguado que permiten un curado homogéneo y controlado. Las instalaciones fueron recorridas por los Concejales Marcelo Pizzio, Juan Durand y Daniela Sírtori, quienes luego transmitirán esta experiencia al Intendente de Chajarí Marcelo Borghesan.

Los mencionados ladrillos son un componente para muros exteriores e interiores elaborados con una mezcla de partículas de plástico PET procedente de envases descartables de bebidas, ligadas con cemento Portland y aditivos, que se moldea con una máquina manual rodante.

Dicho Municipio, que cuenta con un convenio de transferencia y licencia de esta tecnología suscripto con el CONICET, se encuentra en el proceso de fortalecimiento del proyecto que permitirá la construcción de viviendas sociales en la localidad de Crespo. Para lo cual contaron con una visita técnica en abril de este año de un equipo de investigadores del CEVE, donde se realizó una supervisión técnica y ajustes del proceso de producción desde el triturado de PET, la dosificación de materiales en los ladrillos, moldeo de los mampuestos hasta el fraguado y almacenamiento de los componentes constructivos. Asimismo, se tomaron muestras de distintas partidas de producción para realizar un control de calidad de los componentes fabricados.

Según se informa desde el propio Centro Experimental de la Vivienda Económica se trata de un ladrillo más ecológico que otros tradicionales existentes en el mercado porque su materia prima principal está constituida por residuos plásticos reciclados. Además, la producción del ladrillo macizo de tierra cocida, utilizado habitualmente en mamposterías, a partir de la extracción de la capa de tierra superficial fértil (humus), y su posterior cocción en grandes hornos a cielo abierto, produce desertificación del suelo, contaminación atmosférica (por el humo generado), y tala de árboles para obtener la leña necesaria para el funcionamiento del horno. Desde el punto de vista técnico el ladrillo de PET se destaca también en lo que respecta a liviandad y aislamiento térmico.

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