Con dos condenas y tobillera electrónica, fue detenida otra vez por vender cocaína

El Tribunal Oral Federal de Posadas le revocó la domiciliaria a Norma González, conocida narco del barrio Villa Blosset

La Policía allanó su casa el 15 de julio

“Todo bien con lo que vos hacés, pero si le llegás a vender a mi hijo te prendo fuego toda la casa”, le dijo, palabras más o menos, una vecina a Norma Beatriz González (66) hace más de 10 años. En la contundente amenaza también se desvela el conocimiento de ella y de todo la vecindad de la actividad de Norma, o la Negra: la dueña de la venta de cocaína en Villa Blosset.

La boca de expendio queda en la angosta calle Triquiñuelas. González vivió allí “de toda la vida”, según confirman sus vecinos. En el histórico barrio posadeño, donde las paseras a la tardecita descansan luego de una larga jornada y los autos con patentes extranjeras no paran de circular, de “toda la vida” también se dedica al comercio de estupefacientes.

O se dedicaba. En los últimos días el Tribunal Oral Federal de Posadas le revocó la prisión domiciliaria luego de que la Policía de Misiones allanara nuevamente su domicilio y detectara evidencia de que el negocio continuaba a pesar de su tobillera electrónica. “Es una lástima que no pudo dejar, ni siquiera con la tobillera ahí, ahora se van a unificar las penas y va a tener que cumplir”, se lamenta hoy esa vecina que la amenazó.

Es que ese procedimiento, ocurrido hace poco más de diez días, lejos está de ser el primero. González, además de la condena que estaba cumpliendo, ya había purgado otra similar por la venta de droga. Es decir, esta causa podría convertirse en la tercera sentencia en su contra si es que llega a juicio y es considerada culpable.

Según pudo reconstruir El Territorio en base a fuentes policiales y documentos de la causa, luego de una investigación encubierta la Dirección de Drogas Peligrosas de la fuerza provincial irrumpió en su casa el 15 de julio, donde detuvo a cuatro personas – la mayoría familiares – (también había una menor de 5 años).

Se incautaron 36 gramos de clorhidrato de cocaína, 7 celulares y envoltorios de polietileno que ocupaban para la elaboración de la droga, además 50.000 pesos en efectivo.

González fue la única que quedó formalmente detenida e incomunicada de los implicados, ya que dos de ellos fueron puestos en libertad supeditados a la causa y el último desligado del caso. El lunes siguiente – 18 de julio – fue trasladada al Juzgado Federal para completar la audiencia indagatoria. El proceso ya lo conoce.

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Adiós beneficio

Como indica el protocolo, el Tribunal Oral Federal fue notificado de la nueva instrucción en su contra (FPO 5149/2022 ­Imputado: González, Norma Beatriz s/Infracción Ley 23.737) y, ante la evidencia decidió revocarle la morigeración de prisión. La decisión tiene fecha del 19 y estuvo a cargo del juez de cámara Manuel Alberto Jesús Moreira, según se publicó en el Centro de Información Judicial (CIJ).

En su casa, la Negra cumplía una condena a cuatro años y dos meses de prisión por el delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. La pena fue impuesta por el mismo Tribunal, compuesto entonces unipersonalmente por el juez Víctor Antonio Alonso, en agosto del 2019 mediante un juicio abreviado. Es decir, la imputada aceptó su responsabilidad en los hechos investigados.

Por ese caso había sido detenida el 20 de septiembre del 2018, luego de una investigación de la llamada Dirección de Toxicomanía de la Policía de Misiones. En su casa los efectivos antinarcóticos incautaron 25 envoltorios de cocaína por un peso de 32 gramos que estaban ocultos en su cartera.

También había una billetera con dinero en diferentes divisas,  una agenda con anotaciones y cuatro celulares que fueron incautados. Todo eso fue de vital importancia para la futura condena, a la que llegó ya con el beneficio de la prisión domiciliaria al parecer por problemas de salud. Los vecinos cuentan que salía apenas a la vereda, para ir al médico o a una audiencia judicial.

La investigación en su contra se inició luego de un llamado anónimo a la fuerza. Las pesquisas establecieron que en su domicilio había un constante flujo de personas que llegaban y se iban con algo pequeño entre sus prendas. Si bien allí funcionaba un comercio de barrio, el constante movimiento y la salida de los clientes sin mercaderías llevó a establecer que se trataba de una pantalla.

Norma fue detenida con cocaína y 50.000 pesos en efectivo. Foto: Policía de Misiones

Varias generaciones de Villa Blosset refieren que esta secuencia era constante desde hace muchos años. Autos de alta gama de noche, pero también mucho movimiento durante el día fueron descritos por varios de ellos. La indignación, por formar parte de lo cotidiano y por perdurar en el tiempo, ya se licuó.

“Siempre estaba la ventanita abierta pero vos ibas, golpeabas y casi nunca te atendía”, dijo una joven que vivió muchos años cerca. Muchos repiten esta situación: el comercio estaba abierto pero nadie atendía. Otros coinciden y señalan que los autos llegaban, el cliente se bajaba y luego de una breve atención se iba rápidamente con ninguna compra a la vista. “Se ve que se manejaba todo por celular”, expresaron.

El rumor indica que años atrás, sin la facilidad de los celulares, había un código para comprar. Otro dijo que la mujer prioriza a quienes iban en busca de su dosis. “Vení te atiendo a vos primero”, le decía a personas desconocidas, ajenas al barrio. “Siempre se llena de gente de otros lados que vienen a consumir esa porquería”.

La suspicacia de la connivencia de las fuerzas también apareció en la recorrida de este medio. Nadie entiende cómo su actividad se llevó a cabo tantos años, tal vez porque no hay certezas de los procesos judiciales de la mujer. 

Reincidencia

La primera condena de González también fue a cuatro años de prisión por tenencia de estupefacientes con fines de comercialización (expediente 32/2010/TO1). La pena se agotó el 26 de junio del 2015, pero sirvió como antecedente para declararla como reincidente.

A eso se refirió el juez Víctor Antonio Alonso en su sentencia del 2018: “Resulta importante también dejar sentado que la reincidencia se basa en el desprecio que manifiesta por la pena quien, pese a haberla sufrido antes, recae en el delito. Es decir, lo que interesa a los fines de la aplicación del instituto es que el autor haya experimentado el encierro que importa la condena, no obstante, lo cual, reincide demostrando su insensibilidad ante la amenaza de un nuevo reproche de esa naturaleza, cuyo alcance ya conoce”.

Al parecer ese desprecio continúa y Norma no le tiene miedo a la cárcel.


En cifras

8

Las condenadas de González suman más de 8 años, ambas por tenencia de estupefacientes para la comercialización. La primera se agotó en 2015.

Fuente: El Territorio

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