Video: el momento en que el reo saca la chuza frente a la fiscal Claudia Ríos

Las imágenes se transformaron en una de las pruebas clave contra el preso Hugo Arredondo, quien sacó el arma tumbera en medio de una sala de debate.

La fiscal de Homicidios Claudia Alejandra Ríos lo contó apenas superó la extrema situación de violencia que vivió la mañana del 13 de setiembre en una sala de debate del Polo Judicial: “Me quiso matar”. Sus sensaciones las reveló en estado de shock a quienes se encontraban a su lado. Poco entendían lo que acaban de presenciar. La representante del Ministerio Público, con más de 30 años de experiencia en el Poder Judicial, había superado uno de los momentos más dramáticos de su vida.

Ríos hablaba del accionar del reo Hugo Arredondo Suárez, condenado a prisión perpetua por dos asesinatos y juzgado por intento matar en el interior de la prisión donde pasa sus días, quien segundos antes sacó una chuza de 15 centímetros de entre sus partes íntimas e intentó agredirla con un claro objetivo de fuga y “porque no podía ver a su hija y quería llamar la atención”, como confesó luego ante autoridades.

Toda la secuencia fue captada por una cámara de video que registraba la audiencia de juicio y se transformó en una de las pruebas destacadas de la causa que instruye la fiscal Andrea Lazo, que permitió la imputación contra el interno de la cárcel de Almafuerte.

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Video: el momento en el que un preso quiso matar a la fiscal Claudia Ríos en Mendoza

El caso tuvo repercusión nacional porque no existían antecedentes similares y evidenció que existieron fallas en las requisas a internos que llegan diariamente al edificio ubicado hacia el oeste del complejo Boulogne Sur Mer para ser juzgados por diversos delitos.

Los errores los pagó –mayormente- el Servicio Penitenciario: ocho guardias implicados en el traslado de Arredondo desde que salió de la cárcel de Almafuerte hasta que llegó a Estrada (Estación Transitoria de Detenidos y Aprehendidos) para ser sometido a proceso oral, terminaron siendo apartados. Entre ellos fue separado uno de los jefes.

Las imágenes se transformaron en una de las claves porque probaron que existió negligencia de los guardicárceles que se encontraban en la sala. Los uniformados le daban la espalda a Arredondo y caminaban con celular en mano cuando sabían que se trataba de un preso de extrema peligrosidad. Hasta uno se cruzaba de brazos.

Esa actitud contradijo el informe que brindaron los penitenciarios a sus superiores, quienes afirmaron en todo momento que no le quitaron la vista de encima.
Lo cierto es que Arredondo fue imputado por intento de homicidio y se negó a declarar.

Fuente: El Sol

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