Rusia atacó una fábrica de misiles cerca de Kiev tras el hundimiento de su buque insignia

Ofensiva total en el entorno de Kiev tras el hundimiento de la joya de la Armada rusa en el Mar Negro. Tan solo un día después, una fábrica de misiles Neptún, situada apenas a 30 kilómetros del aeropuerto de Kiev, ha sufrido los ataques del Ejército ruso.

No ha sido el único objetivo, además de la planta Vizar y el edificio administrativo adyacente, las autoridades regionales ucranianas reportaron explosiones al suroeste de la capital, concretamente en el distrito de Vasylkiv.

Tras el fiasco en las aguas del Mar Negro, pese a que Rusia alega que el Moskva se hundió tras un incendio provocado por la explosión de municiones a bordo, Moscú ha amenazado con intensificar sus ataques a Kiev.

Estos ataques, aunque coinciden con el hundimiento del buque ruso, llegan entre acusaciones cruzadas entre Kiev y Moscú. Rusia sostiene que la ofensiva dirigida a la fábrica de misiles responde al ataque de dos helicópteros ucranianos que, armados con equipos pesados, habían entrado en su territorio y disparado «contra viviendas residenciales del pueblo de Klimovo» causando ocho heridos, entre ellos un bebé.

«El número y la magnitud de los ataques con misiles en lugares de Kiev aumentarán en respuesta a todos los ataques de tipo terrorista y a los sabotajes perpetrados en territorio ruso por el régimen nacionalista de Kiev», anunció el ministerio ruso de Defensa.

Ucrania, por su parte, niega cualquier vinculación con estos hechos y, tras la ofensiva sobre el cielo de Kiev, ya asume en público que el hundimiento de la joya de la Armada rusa tendrá consecuencias. «Somos conscientes de que los ataques contra nosotros van a aumentar, que el enemigo se vengará, que habrá ataques con misiles y bombardeos de artillería. Estamos listos, los combatiremos», ha declarado ante la prensa Natalia Gumeniuk, portavoz del mando militar de la región sur de Ucrania.

VENGANZA

En Ucrania no solo el Ejército asume como una venganza el ataque contra la fábrica a las afueras de Kiev. Los ciudadanos y trabajadores del complejos han relatado a la prensa cómo han pasado la madrugada. «Hacia las 1.30 de la mañana, uno de los guardianes me llamó para alertarme del ataque», ha relatado a la AFP Andriy Sizov, de 47 años, que tiene un taller de ebanistería a unos 100 metros de la planta.

«Hubo cinco. Mi empleado estaba en la oficina, fue propulsado al suelo por las explosiones», ha apuntado el hombre, que cree que el ataque es una venganza de Rusia por el hundimiento del Moskva.

Fuente: La Prensa

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