“La caza menor y el turismo cinegético están llevando a la extinción de especies: ¿Cuánto tiempo nos queda?”

Radiografía de un negocio cruel a cambio de la degradación de valores morales, ambientales y sociales

La caza menor y el turismo cinegético han sido durante mucho tiempo una actividad popular entre los cazadores y un puñado de turistas, pero su impacto en la conservación de la vida silvestre ha sido objeto de debate. En particular, la caza de aves acuáticas, como los patos, puede tener graves consecuencias para la biodiversidad y porque no, para la economía de las regiones que dependen del turismo de naturaleza.

La caza de patos en nuestra provincia, afecta directamente a poblaciones de aves acuáticas especialmente a las migratorias. Estas aves viajan miles de kilómetros para anidar y alimentarse en áreas específicas, y son vulnerables a la caza y la destrucción de sus hábitats.

lagunas contaminadas con plomo

Debido a la adaptación genética, es muy difícil que una especie abandone su condición de ave migratoria. Sin embargo, en los últimos años, los científicos han estado registrando cambios en las conductas de algunas especies. Muchos de los sitios de reproducción, los de descanso o los de alimentación, así como también las rutas migratorias, están sufriendo modificaciones. El cambio climático y ciertas actividades humanas, como el turismo masivo no sectorizado y el avance de urbanizaciones mal planificadas, entre muchos otros factores, pueden ser las razones que estén amenazando a las aves migratorias”

Además, las aves migratorias son “recursos” (vida) compartidos por varios países, lo que hace que la caza de estas especies en un país pueda tener un impacto negativo en las poblaciones en otros.

Para evaluar adecuadamente el impacto de la caza en la biodiversidad, es necesario contar con estudios serios de monitoreo de especies y hábitats, (en este caso especialmente, anátidos) durante un período de tiempo prolongado, al menos por cinco años consecutivos, en las distintas estaciones y en las distintas áreas, y no solamente donde se provoca intencionalmente un atractivo con alimentos abundantes (cebaderos).

Los estudios de monitoreo pueden ayudar a los científicos a comprender mejor las poblaciones de patos y cómo están siendo afectadas por la caza y otros factores ambientales. Además, estos estudios pueden proporcionar información valiosa para la gestión ambiental y conservación de la biodiversidad.

En lugar de depender únicamente de la caza de patos, hay otras alternativas turísticas más sostenibles que pueden ayudar a preservar la biodiversidad y fomentar la economía local. Por ejemplo, el turismo de naturaleza y la observación de aves son actividades cada vez más populares que permiten a los turistas disfrutar de la belleza natural de una región sin dañar la biodiversidad. Además, estas actividades pueden ser rentables y pueden contribuir significativamente a la economía local.

Es importante mencionar que en Entre Ríos comenzó en 2022 un relevamiento de anátidos a pedido de la Cámara Argentina de Turismo Cinegético y ¿conservacionismo? , (la principal promotora de la caza en el país), pero sin convocar a instituciones conservacionistas, animalistas, ONGS, ni biólogos independientes; estos estudios fueron suministrados a las autoridades entrerrianas que deben evaluar los permisos en una reunión, donde tampoco involucraron a entidades proteccionistas, ambientalistas ni animalistas. Esto significa que estos estudios pueden tener sesgos y limitaciones que pueden afectar la calidad y la validez de los resultados, confundiendo (tal vez intencionalmente) al momento de tomar decisiones.

En la provincia de Entre Ríos, el gobierno ha habilitado la caza de especies silvestres cada año, a pesar de que hace 20 años no contamos con estudios que avalen su sostenibilidad. La caza es una actividad que afecta negativamente a las poblaciones de animales silvestres. Es por esto que, para asegurar su sostenibilidad, es necesario realizar estudios previos ininterrumpidos y plurales, que permitan determinar cuáles son las especies y las cuotas de caza que pueden ser extraídas sin comprometer la supervivencia de la población. De hecho, el año pasado el juez Dr. Andrés Marfil, declaró inconstitucional la resolución 1099 que habilitaba la caza.

Debemos también hacer estudios serios sobre la contaminación del agua de lagunas por plomo, debido a la caza, este es un problema ambiental que afecta a la salud de la fauna silvestre y a la salud humana. El plomo, que se encuentra en las balas de plomo utilizadas en la caza, puede filtrarse en el agua y ser ingerido por los animales acuáticos y las aves migratorias que se alimentan en estas lagunas. La exposición prolongada al plomo puede tener efectos negativos en el sistema nervioso y el desarrollo cerebral, lo que representa un riesgo para la salud de las personas que consumen estos animales.

Roberto Marsilli

FM del Este 100.5

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