Impuestos y sequía: cuál es la rentabilidad que le queda al agro después de que el Estado cobre su parte

Un trabajo privado muestra que la participación estatal, en todas sus instancias, recorta cada vez más los ingresos del campo. Advierten que la falta de agua empeora la situación

Más de $ 67 de cada $ 100 de renta agrícola quedará en manos del Estado, según un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de la Argentina (FADA), esta participación del Estado sobre los ingresos del campo aumentó casi seis puntos respecto a la medición de octubre.

“Uno de los motivos es la profunda sequía que atraviesa el país, lo cual hace que los rindes disminuyan”, explicó David Miazzo, Economista Jefe de FADA.

Todo esto, según la entidad, impactará en el volumen de la renta del agro que se queda en manos estatales.

Así, sostiene que, con respecto al trimestre pasado, el número creció 5,9 puntos porcentuales y arroja una participación de 67,2% para el promedio ponderado por cultivos. Esto significa que por cada $ 100 de renta que genera una hectárea, $ 67,20 se va en impuestos”, explica Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.

Mientras que el promedio ponderado de cultivos a nivel nacional es de 67,2%, la participación del Estado en soja es del 69,3%, maíz 60,6%, trigo 73,7% y girasol 65,7%.

El especialista señaló que “uno esperaría que si la producción baja, sea por sequía o el motivo que sea, la presión de los impuestos también baje”. “Sin embargo, por la estructura tributaria que pesa sobre la producción agrícola, un evento adverso como la sequía, en lugar de reducir el peso de los impuestos, lo aumenta”, agregó.

El peso de las retenciones

Miazzo explicó que esta situación se da porque “el impuesto con mayor participación es el derecho de exportación que, al actuar sobre el precio bruto, no reconoce caídas en la rentabilidad”.

“Así, a medida que empeora la sequía, aumenta la participación de los impuestos sobre la renta. Además “por la sequía también hace que se alteren los saldos de IVA de los productores”, explicó.

Miazzo afirmó que “si se acumulan saldos técnicos por una situación excepcional como una sequía que hace caer las ventas, el productor no puede usar ese saldo para pagar otros impuestos ni lo puede recuperar fácilmente, por lo que directamente se convierte en mayor carga fiscal“.

En este escenario de caída de la producción y de la rentabilidad “si bien todos los productores se ven afectados, los más chicos tienen menor capacidad para absorber el impacto y corren el riesgo de salir de la actividad”, afirmaron desde FADA.

La entidad estimó que la sequía significará una caída de ingresos para el país de entre u$s 10.000 y u$s 15.000 millones. Por otra parte, calculó una merma de tres puntos en el PBI. 

Fuente: El Cronista

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