De la KGB a las redes sociales: la evolución de la subversión ideológica en el siglo XXI

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Yuri Bezmenov, exagente de la KGB, detalló en 1984 las tácticas de subversión ideológica empleadas por la Unión Soviética para desestabilizar sociedades occidentales.

Estas estrategias, conocidas como “medidas activas”, incluían la promoción de organizaciones guerrilleras, desestabilización de gobiernos y apoyo a movimientos políticos.

Bezmenov describió un proceso de cuatro etapas:

  1. Desmoralización: Erosión prolongada de valores fundamentales y moral de la sociedad, promoviendo ideologías que socavan creencias tradicionales.
  2. Desestabilización: Alteración de la economía, relaciones internacionales y sistemas de defensa, creando incertidumbre y caos.
  3. Crisis: Situación crítica que puede derivar en conflictos internos o colapso institucional.
  4. Normalización: Establecimiento de un nuevo orden, a menudo autoritario, bajo el pretexto de restaurar la estabilidad.

Estas tácticas no implicaban confrontación militar directa, sino una guerra psicológica y cultural destinada a debilitar naciones desde dentro. El objetivo final era expandir la influencia soviética e instaurar regímenes afines en todo el mundo.


La subversión ideológica y el adoctrinamiento

El ex-espía soviético Bezmenov se hizo conocido en los EEUU por la amplia difusión de sus charlas en las televisiones norteamericanas en las que alertaba de que la sociedad americana podría haber sido víctima de un adoctrinamiento soviético. Afirmaba que la tarea del KGB no era tanto el espionaje sino la subversión ideológica fuera de las fronteras de la URSS.

El 85% del tiempo y fondos financieros se destinaban, según él, al adoctrinamiento o medidas activas -el el lenguaje del KGB- o guerra psicológica. Básicamente, la subversión ideológica tiene por objeto alterar la percepción de la realidad de cada uno de los americanos hasta tal punto que, a pesar de la abundancia de evidencias que indiquen lo contrario, nadie sea capaz de cuestionar esa realidad cuando se trate de defenderse a sí mismo, su familia, su entorno y su país.

Las cuatro fases del lavado de cerebro

La subversión ideológica es un proceso de lavado de cerebro que se lleva a cabo muy lentamente y consta de cuatro fases. Y es que el derrocamiento de regímenes entrando con cornetas, batallones y tanques es percibido a día de hoy como invasión y denostado por toda la ciudadanía. La técnica de la subversión viene de hace 2500 años de China y se basa en un libro escrito por el maestro Sun Tzun 500 a.C. cuyo título es El arte de la guerra.

Básicamente, consiste en cambiar la percepción de la persona en el campo enemigo de forma que no se le perciba como enemigo. Es mucho más eficaz que una invasión. Por tanto, el cambio de régimen hay que realizarlo desde dentro y se practica inoculando narrativas en las que participan periodistas y medios de comunicación. Veamos en qué consiste.

Desmoralización, desestabilización, crisis y normalización

La subversión ideológica es abierta, legitima y visible y no tiene nada que ver con el espionaje. Explica Bezmenov que no fue posible subvertir a Japón en el pasado porque cualquier influencia foránea era abortada ipso facto ni tampoco se puede subvertir a los ciudadanos soviéticos porque no les llegan las informaciones de espacios geográficos fuera de sus fronteras al haber cerrado a cal y canto el tráfico de periódicos o libros de los países no alineados con el comunismo (vídeo 2, 5:12). Consiste en cuatro etapas que son la desmoralizacióndesestabilizacióncrisis y normalización, sigue contando Bezmezov. La etapa de desmoralización es la más larga. Veamos en qué consiste.

Etapa 1: Desmoralización

Esta etapa dura unos 15 años y es equivalente al tiempo que dura educar una generación de ciudadanos. Es decir que se expone a los ciudadanos del país enemigo a la ideología a inocular, por ejemplo, la marxista-leninista sin que esta ideología sea contestada o cuestionada. De hecho, los norteamericanos que terminaron sus estudios en los años 60 están ahora colocados en posiciones de poder. El sistema está infectado porque esas personas están programadas para reaccionar de una determinada forma ante estímulos concretos. El proceso de desmoralización está completado y es irreversible porque estas personas son proclives a los postulados de la URSS.

¿Cómo hay que entender esto? Si se expone a la gente a información real, contrastada y fidedigna no surte ningún efecto. Quien ha sido desmoralizado no es capaz de evaluar informaciones reales y datos incluso si se le muestran fotos y datos o si se le invita a la URSS y se le muestran campos de concentración. Desmontar este estado de cosas requiere dos décadas de instrucción para crear una ciudadanía patriótica. Este relato es casi la traducción íntegra de sus palabras. ¿Cómo se lleva a cabo la desmoralización?

Se lleva a cabo actuando en diferentes ámbitos del entramado social de las personas. Por el ejemplo, en el ámbito religioso funciona de forma que se ridiculice la religión dominante sustituyéndola por idearios de sectas u organizaciones fake para desviarlos de la fe y atraer a los ciudadanos a una ideología fake.

En el ámbito de la educación, se logra impartiendo materias intrascendentes como guerrilla urbana, alimentación natural, economía familiar, sexualidad en lugar de enseñarles materias constructivas, pragmáticas y eficientes  como matemáticas, física y lenguas. Cualquier cosa que les conduzca a otra dirección y les desprovea de conocimientos necesarios para abordar las vicisitudes de la vida.

A nivel social, se trata de sustituir la vida social tradicional con vida social controlada por el estado. En lugar de vida social con los vecinos y amigos, se hará vida social con trabajadores sociales. Estos trabajadores trabajan para cobrar dinero y la sociedad les trae sin cuidado. Después vienen las estructuras de poder. En democracias, la gente elige a sus representantes y estos toman decisiones en su nombre.

En lugar de tener representantes electos, se trata de sustituir ese orden social por representantes no elegidos. Por ejemplo, los medios de comunicación. Tienen poder sobre las mentes.

Influyen en las mentes de la población y también sobre los electos. Son un grupo de snobs incivilizados. La mediocridad de los grandes medios de comunicación (cita a New York times etc.) es tal que nadie tiene que ser un periodista excepcional sino un periodista mediocre para poder sobrevivir porque ya no hay con quien competir. Las estructuras de poder se ven erosionadas por gente que no tiene ni cualificaciones ni la voluntad de la gente para mantenerlos en el poder, pero sí tienen poder. Bezmezov los llama los «tontos útiles» de izquierdas.

Etapa 2: Desestabilización.

Es una etapa que suele durar 2 o 3 años y sus fundamentos principales contienen economía, defensa y relaciones exteriores. No se explaya en estos asuntos y dice que jamás se habría imaginado que fuese tan rápido y efectivo.

Etapa 3: Crisis

Dura unas pocas semanas y puede darse una toma de poder con violencia.

Etapa 4: Normalización

Se trata de que la ciudadanía perciba la situación resultante, el status quo, como normal.

Ahora que conoce las cuatros fases de la subversión ideológica, intente analizar los acontecimientos de Brasil en estas claves. ¿Considera que los métodos de subversión ideológica ya no se practican porque ya desapareció la URSS? Claro que no.


La “Operación Denver” es un ejemplo de estas estrategias, siendo una campaña de desinformación de la KGB durante la Guerra Fría.

Bezmenov enfatizó la importancia de la vigilancia y la educación para preservar los valores democráticos y resistir la manipulación ideológica.

Subversión Ideológica O Cómo Derrocar Regímenes Sin Tanques | Crónica Libre

FM del Este con información de Crónica Libre

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