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5 de junio, día internacional del ambiente

5 de junio, día internacional del ambiente

Algunas reflexiones sobre el ambiente

Ambiente es, sencillamente, aquello que nos rodea. Su sola mención, nos remite a la idea de “cuidarlo”. Nos genera la representación casi automática de la naturaleza. En otros casos, dispara representaciones acerca de daños y perjuicios que generamos, en mayor o menor escala, a ese entorno del que somos parte.

Y conste que digo del que somos parte. Porque no es algo externo a cada uno. Es el ámbito en el que nuestros cuerpos y espíritus interactúan con otros cuerpos y espíritus. Por eso, no es algo extraño al propio cuerpo y propio espíritu, sino más bien una extensión de nosotros mismos y una representación en nosotros mismos, incluyendo en ello a los cuatro elementos de la naturaleza.

El ambiente es una totalidad que nos envuelve y a la cual envolvemos. Se hace parte en nosotros y nosotros en ella. El ambiente no es solo naturaleza sino también es cultura. Es el escenario en donde se imbrican y se reproducen mutuamente. Creo, más bien, en el ambiente como la síntesis entre naturaleza y cultura. En el ambiente como una construcción social pero que también construye a las sociedades.

El término ambiente, da cuenta -implícitamente- de las formas en cómo nos conectamos, comunicamos, relacionamos e interactuamos con los otros que también lo constituyen. Su sola mención nos interpela acerca de las características que poseen esos vínculos y, a su vez, desnuda un conjunto de tensiones como producto del desvencijado sistema para el que solo representa una oportunidad utilitarista.

Ambiente es más que el ambĭens o aquello que nos rodea. Somos nosotros mismos amalgamados con la realidad. Es el producto de lo que socialmente deconstruimos y volvemos a construir de manera activa y permanente, mejorando y empeorando. Es el reflejo de las formas en cómo nos adaptamos a la naturaleza y ella a nosotros, con nuestra cultura como mediadora.

Me permito creer en que las responsabilidades sobre el ambiente deben ser proporcionales a los niveles de responsabilidad que cada uno tenga. Alentar, apoyar y premiar a quien mejora y lo beneficia. Demandar a quien lo altera y modifica no solo a compensar. Es fundamental exhortarlo a revertir, por cuenta propia y no por cuenta y orden.

Finalmente creo también que celebrar al ambiente está bueno. Porque es como celebrar a la vida misma.

Fernando Laprovitta

 

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