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La llegada del “rey del fracking” a Vaca Muerta

La llegada del “rey del fracking” a Vaca Muerta

Nota Analítica: Riesgos del desembarco de Continental Resources en Vaca Muerta


La reciente adquisición por parte de Continental Resources —la petrolera de Harold Hamm, conocido como el “rey del fracking”— del 90 % del bloque Los Toldos II Oeste (propiedad de Pluspetrol) en Vaca Muerta no sólo representa una oportunidad para escalar la producción no convencional en Argentina, sino que también encierra una serie de riesgos importantes: geopolíticos, sociales, ambientales y de viabilidad económica.

1. Riesgos geopolíticos y económicos

a) Dependencia de capital externo y vulnerabilidad cambiaria

  • La entrada de una petrolera estadounidense con experiencia en shale implica un refuerzo de la inversión extranjera, algo que el gobierno de Milei parece buscar activamente para potenciar a Vaca Muerta.
  • Pero esa dependencia puede generar vulnerabilidades: cualquier cambio en las condiciones internacionales (precios del petróleo, tasas de interés, políticas de EE.UU.) puede afectar la rentabilidad de la inversión y su continuidad.
  • Además, la industria de hidrocarburos en Argentina históricamente ha enfrentado controles cambiarios, lo que puede dificultar la repatriación de ganancias para las empresas extranjeras, lo que a su vez puede desincentivar nuevas inversiones. De hecho, según reportes recientes, la actividad en Vaca Muerta se desacelera por “costos crecientes y dificultades para convertir en divisas parte de las ganancias” externas.
  • Si bien la venta de este bloque está anunciada, está sujeta a “condiciones precedentes” según Pluspetrol. Esto significa que aún podría haber obstáculos regulatorios, técnicos o financieros para cerrar la operación por completo.

b) Política energética y relaciones bilaterales

  • La reunión reciente entre Harold Hamm y el presidente Javier Milei fue tomada por analistas como una señal política: el Gobierno promueve a las grandes petroleras independientes para atraer capital externo.
  • Este tipo de relaciones puede generar dependencia estratégica: si EE.UU. ve a Vaca Muerta como un activo clave para sus propias empresas, Argentina podría encontrarse en una posición donde su política energética esté influida por intereses geopolíticos externos.
  • Además, si las condiciones macroeconómicas cambian (por ejemplo, por choques globales de precios del petróleo), el proyecto podría volverse menos atractivo para Continental y para otros inversores, lo que pondría en riesgo la continuidad de inversiones futuras.

2. Riesgos ambientales y sociales

a) Impacto ambiental del fracking

  • Vaca Muerta es una formación de shale que requiere fractura hidráulica (“fracking”) para extraer crudo y gas no convencionales.
  • El fracking utiliza enormes volúmenes de agua mezclada con químicos, y esa agua luego debe ser gestionada: puede haber contaminación de acuíferos, riesgos para el suelo, y generación de residuos peligrosos si no se maneja correctamente. Hay denuncias históricas por falta de medidas adecuadas de gestión de residuos en la zona.
  • También existe la posibilidad de actividad sísmica inducida: la inyección de fluidos a alta presión puede generar movimientos en el terreno.
  • Más aún, hay reportes recientes en Vaca Muerta de incidentes graves: por ejemplo, un accidente con fuga de hidrocarburos cerca de un embalse que abastece de agua potable puso en evidencia los peligros de operar cerca de fuentes hídricas vulnerables.

b) Tensiones sociales y territoriales

  • Las operaciones de fracking pueden afectar comunidades locales: el uso intensivo de agua, la contaminación y la infraestructura de extracción (pozos, caminos, equipos) pueden generar conflictos con poblaciones cercanas.
  • En algunos casos, no se han garantizado mecanismos adecuados de consulta previa, libre e informada con comunidades o poblaciones locales, lo que podría derivar en resistencia social y reclamos legales.
  • Además, la expansión de la industria puede generar desigualdades: mientras algunas regiones o actores se benefician por la llegada de capital, otras pueden enfrentar daños ambientales con pocos beneficios locales.

3. Riesgos operativos y de negocio

a) Estado del bloque y riesgo técnico

  • El bloque Los Toldos II Oeste tiene solo tres pozos perforados, según informes locales, lo que implica que está aún en una etapa de exploración/incubación.
  • Esa etapa inicial significa incertidumbre técnica: no está garantido que todos los pozos futuros tengan la productividad esperada, lo que puede elevar los costos de desarrollo o limitar la escala del proyecto.

b) Costos comparados con otras cuencas

  • Vaca Muerta, aunque prometedora, compite en rentabilidad con formaciones de shale en otros países (como EE.UU.), donde algunas cuencas tienen menores costos de producción.
  • Según algunos analistas, los costos de producción en Vaca Muerta pueden ser elevados, lo que podría poner una presión adicional sobre la rentabilidad si los precios del petróleo o del gas no acompañan.
  • Además, para que el proyecto sea rentable, es clave que haya una infraestructura eficiente para evacuar la producción (oleoductos, transporte, mercado de exportación). La falta de robustez logística puede encarecer el desarrollo.

4. Oportunidades que podrían transformarse en riesgos si no se gestionan bien

  • Si Continental tiene éxito y demuestra que puede explotar de manera rentable Los Toldos II Oeste, podría atraer a otras petroleras independientes con experiencia en shale, lo que desencadenaría una “ola” de inversiones. Esa posibilidad es celebrada por el ministro de Economía Luis Caputo.
  • Pero esa expansión también podría intensificar los problemas ambientales y sociales si no se regulan con rigor las prácticas operativas: más pozos significa más uso de agua, más residuos y mayores riesgos.
  • Por otro lado, el éxito comercial depende de la demanda internacional (exportación de gas, por ejemplo). Si la demanda baja o los precios internacionales se deterioran, podría no justificarse una expansión agresiva bajo un escenario de alto riesgo.

Al fin de cuentas:

La llegada de Continental Resources a Vaca Muerta es una señal fuerte de confianza extranjera en el potencial del shale argentino, y puede constituir un impulso estratégico para la producción no convencional. Pero no es un “cheque en blanco”: existen riesgos reales y multifacéticos.

Para que esta inversión se convierta en un verdadero “win-win” —beneficio económico para Argentina y rentabilidad para Continental—, será clave:

  1. Regulación robusta: mayor vigilancia ambiental, protocolos claros para el fracking, manejo de residuos y monitoreo sísmico.
  2. Participación social: asegurar que las comunidades locales sean informadas, consultadas y puedan beneficiarse mínimamente del desarrollo.
  3. Infraestructura: continuar desarrollando oleoductos, transporte y acceso a mercados para que la producción tenga un destino rentable.
  4. Transparencia financiera: minimizar los riesgos cambiarios y permitir que las ganancias se reinviertan para mantener la sostenibilidad del proyecto.
  5. Evaluación constante: dado que el bloque está en una fase exploratoria, debe haber revisiones periódicas de desempeño técnico, ambiental y financiero.

Si todo eso se gestiona bien, la entrada de Harold Hamm podría concretarse como una de las inversiones más transformadoras para Vaca Muerta. Pero si se descuida alguno de esos frentes, los riesgos pueden superar las promesas.

FM del Este 100.5 con información de:


 

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