Juntos por el Cambio pactó una frágil tregua pero sin “código de convivencia”

El radical Morales dejó en claro que la paz no es durarera: “Horacio lo corrió a Mauricio y le pasó el cepillo a Patricia”, dijo el gobernador jujeño sobre la interna macrista que ahora apuntó sus cañones contra el radicalismo en la disputa por la hegemonía política de la alianza opositora.

En medio de la crisis y en vísperas de las primarias que mantiene enfrentados a sus socios, la coalición macrista de Juntos por el Cambio busca una tregua que ponga paños fríos a las duras confrontaciones internas que igual parecen no apaciguarse. Ayer por la mañana, se reunió por zoom la Mesa Nacional de la alianza –en la que Mauricio Macri participó anclado desde Suiza—, donde se desechó el “manual de convivencia” que propuso y redactó Elisa Carrió (después de amenazar con denunciar penalmente al radical bonaerense Facundo Manes de “mentiroso”), pactó un frágil acuerdo de “no agresión” y definió como eje de campaña que el enemigo es el gobierno nacional. Una propuesta para sacar de la disputa interna el lastre de la gestión presidencial de Macri. Los popes de la UCR –Alfredo Cornejo y Mario Negri— salieron en tándem a publicitar el pacto interno, pero su correligionario Gerardo Morales dejó en claro que la paz no es duradera: “Horacio lo corrió a Mauricio y le pasó el cepillo a Patricia”, dijo el gobernador jujeño sobre la interna macrista que ahora apuntó sus cañones contra el radicalismo por su aspiración de disputarle la hegemonía política de la alianza.

Tras el encuentro mañanero, la Mesa nacional de JpC emitió un comunicado. En un busca de dar por superados los duros cruces internos, el comunicado expresa como definición que “el verdadero adversario en los comicios es el oficialismo”. “Ante el persistente avance del Gobierno Nacional sobre los pilares básicos del sistema democrático, todos los legisladores que resulten electos por JxC se comprometen a hacer cumplir los preceptos constitucionales que hacen al sistema democrático, la independencia de la justicia, la transparencia y el federalismo”, reza el comunicado para expresar la comunión de sus socios.

La reunión a distancia fue concurrida. A través del zoom estuvieron presentes Macri, el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta, los diputados nacionales Mario Negri; Juan Manuel López; Alfredo Cornejo; Maximiliano Ferraro; los senadores nacionales Luis Naidenoff y Humberto Schiavoni; la precandidata a diputada nacional María Eugenia Vidal; la presidente del PRO, Patricia Bullrich, la diputada provincial Maricel Erchecoin y el auditor Miguel Ángel Pichetto. “Los desaciertos en el manejo de la pandemia colocaron a la Argentina entre los países que peor la manejaron, tanto desde el punto de vista sanitario como económico”, dice otro párrafo firmado por todos.

Tregua sin código

En el texto no hay referencia alguna al rechazo del “código de convivencia” o de “ética” que fogonearon Carrió y la titular del PRO Patricia Bullrich para intentar bajar el tono de los enfrentamientos internos de la coalición opositora.

Carrió, que estuvo involucrada en los cruces mediáticos, hasta redactó un borrador del código donde el primer mandamiento era “no mentir”. Algo que le achacó a Manes y hasta amenazó de realizarle una denuncia penal, cuando el radical –que encabeza la lista enfrentada con el macrista y novel bonaerense Diego Santilli– reveló que la líder de la CC le había propuesto en 2015 que la acompañe en una fórmula presidencial. Antes, Carrió había puesto en duda que el neurólogo esté capacitado para redactar una ley.

Tras los ataques a su referente bonaerense, los radicales se opusieron al código. El más efusivo fue Morales. “El código de convivencia es más para un jardín de infantes”, dijo el jujeño en declaraciones radiales mientras sus correligionarios participaban del zoom matinal de la Mesa nacional de JpC. “No comparto eso del código de convivencia. Las cosas se hablan, se da la palabra y se cumple”, sentenció Morales. “El tema de los globitos y el bailecito pasó y no llegamos a nada, con eso no alcanza”, remarcó el gobernador para cuestionar las campañas del PRO y aclaró que los candidatos deben debatir “con respeto, pero no se puede dejar de plantear diferencias y posiciones”.

El juego que más le gusta

Tras el encuentro de la Mesa, los radicales salieron a publicitar al unísono la tregua al interior de la alianza opositora. “Desde la UCR estamos convencidos que el adversario en estas elecciones es el oficialismo. La unidad de JxC ofrece una alternativa a un modelo que destruyó la economía, la educación y no supo manejar la pandemia”, postearon Cornejo, Negri y el senador Luis Naidenoff en Twitter.

Una declamación entusiasta que tampoco destraba la cruzada y dura interna radical. Pocos días atrás Negri presentaba en sociedad su candidatura a senador nacional tras sellar un acuerdo con el candidato cordobés bendecido por Macri, Gustavo Santos: “Córdoba hace años que no tiene una voz potente en el Senado. Porque el gobierno provincial, por sus dificultades, arregla con el Gobierno nacional. Y el Senado es la madriguera del poder de Cristina, donde se elabora la política del kirchnerismo”.

La réplica no fue del oficialismo sino de sus propios correligionarios. Martín Lousteau lo cruzó para respaldar la actuación de la senadora macrista por Córdoba, Laura Rodríguez Machado, quien va en la lista cordobesa que apoya el senador porteño con Luis Juez y Rodrigo de Loredo a la cabeza y enfrentados con Negri.

No es el único distrito, donde los radicales participan de listas enfrentadas. Tras el arreglo que Rodríguez Larreta tejió con Lousteau en la Ciudad de Buenos Aires, un grupo de correligionarios identificados con la gestión macrista presentaron su propia lista encabezada por el ex secretario de Salud de la Nación, Adolfo Rubinstein.

En territorio bonaerense, el grueso de la UCR se aglutinó detrás de Manes pero el intendente Gustavo Posse cerró filas con Santilli. La dura pelada interna provincial de la UCR en medio de la pandemia dejó heridas sin cicatrizar.

En tanto la disputa entre el PRO y la UCR se extiende a la mayoría de las provincias, con duros cruces en todos ellas. En los pocos distritos donde hubo acuerdos entre ambos partidos surgieron desacuerdos con los socios menores. En Neuquén, los lilitos de la CC patearon el tablero, rompieron con Juntos e irán por fuera de la coalición con lista propia porque la UCR y el PRO le bloquearon a su candidato en medio de cruces de los vínculos que cada integrante de la coalición teje por separado con el oficialista MPN.

En el macrismo fueron más cautelosos a hora de evaluar la frágil tregua pactada con sus socios en medio de una interna feroz. Esperan que la “convivencia” dentro de de JpC sirva para apuntarle al Gobierno nacional y dejar de lado los cuestionamientos a la gestión de Mauricio Macri –que expuso aun tímidamente Manes— para evitar cargar con ese lastre que perjudica electoralmente a toda la alianza opositora. 

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