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“No me despedí de mi hijo”: la familia de Kevin Benegas pide respuestas tras una muerte que aún genera dudas

“No me despedí de mi hijo”: la familia de Kevin Benegas pide respuestas tras una muerte que aún genera dudas

A más de un año de la trágica muerte de Kevin Benegas, un joven de 26 años hallado sin vida en una zona rural cercana a Chajarí, su familia denuncia graves irregularidades en la investigación y sostiene que no se trató de un suicidio.


Reclaman justicia, la entrega del celular y poder despedirlo en paz.

Chajarí. — La historia de Kevin Benegas, un joven de 26 años que apareció sin vida en un establecimiento rural de la zona de Las Catorce/La Florida, deja una larga lista de interrogantes sin respuesta.

Su madre, Isabel, y su padre (del corazón), Horacio, atraviesan desde hace más de un año una situación dolorosa y desesperante: el fallecimiento de su hijo ocurrió el 9 de agosto de 2024, pero la familia recién fue notificada oficialmente en abril de 2025. Desde entonces, intentan acceder a la verdad sobre lo ocurrido y reclaman transparencia a la Justicia.

Kevin había sido contratado como cuidador rural en un campo próximo a la Ruta Nacional 14, y se encontraba ilusionado con su trabajo. Había comprado un caballo, ahorraba dinero y soñaba con tener su propio vehículo. La noche anterior a su muerte, habló con su hermana Antonela y se mostró animado, planificando el día siguiente.

Sin embargo, a la mañana siguiente su cuerpo fue hallado en circunstancias confusas dentro de la vivienda del establecimiento. Según el relato de la familia, el cuerpo presentaba un orificio de bala en el costado izquierdo (Kevin era diestro) y fue encontrado semidoblado, con el torso hacia el baño y las piernas afuera, una posición que no coincide con la mecánica de un suicidio.

A partir de allí, los interrogantes no hicieron más que multiplicarse:

  • El teléfono celular de Kevin fue incautado, pero jamás devuelto ni entregado para pericia independiente. La familia sospecha que contiene comunicaciones que podrían esclarecer las horas previas a su muerte.
  • El cuerpo fue enterrado apenas dos días después del hallazgo, el 11 de agosto de 2024, sin que la madre hubiese sido informada ni hubiera podido despedirse.
  • Hasta hoy, no se han difundido públicamente los resultados de las pericias balísticas, ni se ha confirmado la procedencia del arma ni el calibre exacto. (presumen un 22.)
  • Los familiares afirman que hubo omisiones en la custodia de pruebas y que no se respetaron los tiempos legales para comunicar la muerte.

La causa quedó inicialmente en manos de la Fiscalía local, pero para Isabel, el paso del tiempo sin respuestas es una herida que no cicatriza. “Yo no me despedí de mi hijo. Quiero justicia y quiero llevarlo conmigo para darle un descanso en paz”, expresó con la voz quebrada durante una entrevista concedida al programa “El Despertador”, que se emite por FM del Este 100.5, junto al periodista Marcelo Brignardello, de La Fusta, autor de la investigación periodística que resulta en esta nota.

La madre insiste en que su hijo “no tenía motivos para quitarse la vida”, y que todos los indicios apuntan a que alguien más estuvo presente o intervino de alguna manera. “Él tenía proyectos, estaba contento, hablábamos todos los días. No era una persona deprimida”, aseguró durante la conversación radial.

La familia cuenta que, desde el primer momento, vecinos y allegados se solidarizaron con ellos. La funeraria local y el productor rural donde tabajaba Kevin, se hicieron cargo de los gastos para poder darle sepultura, pero la tristeza y las dudas permanecen intactas.

Hoy, Isabel y Horacio piden tres cosas concretas:

  1. Acceder al cuerpo de Kevin para trasladarlo y despedirlo con dignidad. (Fiscalía dijo que deberán esperar 5 años, aunque omitieron dar explicaciones)
  2. Que la Justicia entregue el teléfono y las pruebas retenidas. (hoy informó fiscalía que no habían podido abrir el Tel.)
  3. Que se realicen todas las pericias necesarias para determinar si hubo participación de terceros.

El caso Benegas no es el único que siembra dudas de la capacidad de la justicia para casos complejos y desde las sombras se ha convertido en un símbolo del reclamo por transparencia. La comunidad de las 14 y Chajarí acompaña a la familia en su pedido de verdad, mientras la causa continúa sin avances visibles.

“Lo único que quiero es saber qué pasó con mi hijo. Que se haga justicia y que no vuelva a pasarle a otra madre”, concluyó Isabel.

La historia de Kevin expone también una realidad incómoda: las muertes de los jóvenes humildes rara vez ocupan titulares. Sin difusión, sin presión social, las causas se diluyen y la impunidad gana terreno. Este silencio mediático, dicen los familiares, duele tanto como la ausencia.

La Fusta Digital y FM del Este 100.5



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