Duro voto castigo al gobierno

Las urnas expresaron ayer mejor que cualquier encuesta la desazón de la mayoría de la sociedad con el gobierno, sometido a un voto castigo memorable. Le cobraron la falta de plan económico, la inflación, el desempleo, la pobreza, el cierre de pymes, la cuarentena inacabable, el escándalo de Olivos y la desorientación crónica.

Coherente con su naturaleza la primera respuesta del gobierno fue la de redoblar la desorientación. Festejó un supuesto “triunfo” en la provincia de Buenos Aires por TV y hasta hizo ir al “bunker” del Frente de Todos a Cristina Kirchner mientras el escrutinio oficial destrozaba la fantasía de las encuestas contratadas por el propio oficialismo. Todo en un lapso no mayor de tres horas. Un espectáculo bizarro que coronó la campaña más bizarra de la historia del peronismo. En resumen, el gobierno sucumbió a sus propias fantasmagorías.

El primer derrotado fue Alberto Fernández, porque su gestión lo fue. Es esperable, por lo tanto un ajuste de cuentas interno a manos de la vicepresidente. No se espera, en cambio, un reajuste del rumbo, porque su gestión nunca lo consideró, así como tampoco tuvo la capacidad para intentar una alternativa a las medidas sueltas que fue improvisando ante cada problema que le salía al paso.

Como respuesta a la derrota a la medianoche Fernández volvió a insistir con la retórica de los dos “modelos” en pugna. Con el maniqueísmo que lo llevó a perder.

Con eso sólo conseguirá que la incertidumbre económica se multiplique. Habrá que ver la reacción de los mercados hoy.

Entre las consecuencias de su contundente fracaso se espera que Cristina Kirchner tome distancia y reclame injerencia en el gabinete. Pero ese reclamo puede impactar sobre la gobernabilidad y debilitaría la unidad del oficialismo para las generales de noviembre, cuando se ponga en juego el poder real. Además el mal desempeño de Fernández arrastró a la derrota al peronismo en buena parte del país por lo que hay que esperar la reacción de los gobernadores. ¿Seguirán diciendo amén a las órdenes de la vice y la Cámpora?

En materia institucional el revés electoral dejó al kirchnerismo a la misma distancia del control de la Cámara de Diputados que tenía antes de la votación: es decir, lejos. Perdió la oportunidad de manejar el Congreso discrecionalmente.

Para peor, la vice se encontrará con seis senadores menos en su bloque de la Cámara alta si el resultado de ayer se repite en noviembre. No perdería el control del quórum porque cuenta con dos aliados permanentes, pero no le resultará tan sencillo hacer funcionar el Senado a voluntad como en el último año y medio.

En la oposición el gran triunfador es Horacio Rodríguez Larreta que logró un excelente resultado en la provincia de Buenos Aires y retuvo sin merma el control de la ciudad. El pobre desempeño de Facundo Manes debilitó a sus cometidotes radicales por la candidatura presidencial en 2023. En particular a los gobernadores que lo patrocinaron con Gerardo Morales a la cabeza. El jujeño ayer desapareció de los medios.

Sergio Crivelli – La Prensa

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