¿Cuántas horas de trabajo se requieren para comprar un par de zapatillas?
Una consultora comparó el nivel de precios de varios países con su incidencia, según el salario mínimo.
Para comprar un para de zapatillas en Venezuela se requieren 6.746 horas de trabajo, mientras que en la Argentina se precisan 94 horas y 55 minutos. En el otro extremo se encuentra Uruguay, donde una persona requiere de 47 horas 30 minutos de trabajo y en Chile, 32 horas 28 minutos. El cálculo surge de un estudio efectuado por Focus Market, que tomó en cuenta las horas de trabajo necesarias de un salario mínimo vital y móvil medido en dólares para adquirir Indumentaria y Calzado en países de América latina. El diagnóstico tuvo en cuenta el encarecimiento observado por un menor nivel de oferta y producción, por los incrementos de costos, por la situación estructural de provisión de insumos a nivel mundial y por el desequilibrio macroeconómico local.
La consultora realizó este ejercicio con el valor promedio un par de zapatillas running de primera marca que, en la Argentina (donde el salario mínimo, vital y móvil es equivalente a U$S 155), cuesta U$S 61,30. La elevada inflación es la principal causa de las asimetrías de precios. Por esa razón, en Venezuela (donde el salario mínimo es de U$S 2,40), aquel par de zapatillas vale U$S 67,46, pero se necesitan más horas de trabajo para comprarlas. En Chile, a su vez, el salario fue calculado en U$S 441, y el producto cuesta U$S 59,60.
“Mientras el Salario va ganando terreno frente a los diferentes ajustes de tramos paritarios, su poder adquistivo en términos de compra de indumentaria y calzado no logra compensar la suba de precios en el mercado interno. Por su parte, frente a una inflación interanual de casi el 70% en esta categoría los ingresos de los argentinos se recortan a menos de la mitad para el mismo período”, indicó Damián Di Pace, director de la consultora.
Para el caso de la compra de un jean en Venezuela se requieren 3.950 horas de trabajo, en Argentina 83 horas y 36 minutos (costo promedio de U$S 54), mientras en el otro extremo en Ecuador se requieren 34 horas 48 minutos y en Chile 29 horas 28 minutos. “Para el aumento de precios en indumentaria y calzado hay más de un motivo. El algodón en medio de la pandemia no se conseguía, los insumos tuvieron pérdidas de stock, el flete desde Asia tuvo incrementos de hasta 500%, la incertidumbre de la apertura de locales llevó a que la producción se efectúe con bajo volumen para las temporadas primavera-verano y otoño e invierno y, como si fuera, poco cerraron muchas empresas del sector. La demanda se desplomó pero la oferta cayó aún más. A esto hay que sumarle la general que sobre la evolución de precios en Argentina, producto de una emisión monetaria que actúa con rezago del pasado en el presente, más expectativa futura”, acotó el titular de Focus Market. En el caso de la compra de un sweater, en Venezuela se requieren 3.000 horas de trabajo, y en Argentina 59 horas 55 minutos, mientras en el otro extremo en Ecuador se requieren 21 horas 36 minutos y en Chile 19 horas 48 minutos.
“Desgraciadamente el empresario que proyecto menor nivel de producción para la temporada otoño-invierno no se equivocó. En el medio de las restricciones sociales del mes pasado las ventas minoristas tuvieron una caída del 6,1% en indumentaria y 5,6% en calzado de acuerdo con los datos a mayo de la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME) respecto de abril. A su vez, si se comparan las ventas del mes pasado respecto de igual mes de 2019 (sin pandemia), las ventas en indumentaria caen 27,9% y 33,2% en Calzado”, apuntó Di Pace. El sector viene enfrentado un embate por parte de la venta ilegal en la vía pública con competencia desleal que deja fuera de juego a aquellos que tienen que sostener los costos fijos de estructura pagando sus impuestos tanto a nivel industrial como comercial, acotó el consultor.
Las nuevas restricciones a la circulación, los cierres de negocios los fines de semana, la falta de dinero en las familias y la cautela para gastar por la incertidumbre que genera el futuro de la crisis sanitaria, fueron algunos de los factores que terminaron por afectar la actividad comercial del mes, que se mantiene lejos de recuperar sus niveles pre-pandemia, señaló la CAME en su último reporte mensual.
Marcelo Aguaysol – La Gaceta