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La ruta del Mercosur será operada por viejos conocidos de la obra pública a cambio de $3500 de peaje cada 100 kilómetros

La ruta del Mercosur será operada por viejos conocidos de la obra pública a cambio de $3500 de peaje cada 100 kilómetros

Se abrieron los sobres y el grupo Cartellone y la rosarina Obring presentaron las mejores ofertas, ambas con participación en la causa Cuadernos; si se las concesionan, podrán usar financiamiento del BICE


n la Argentina, la obra pública no descansa: cambia de signo político, muta en nombres, ajusta modalidades, pero conserva una matriz estable. El Estado licita, las empresas ofertan y los protagonistas vuelven a escribirse en los expedientes. Este mediodía se abrieron los sobres económicos de las licitaciones para los corredores viales de las rutas 12 y 14 —la llamada “Ruta del Mercosur”— y el resultado muestra nombres habituales y esquemas relativamente usados en la historia reciente.

Para el Tramo Oriental, sobre las rutas nacionales 12 y 14, el Gobierno planteó una tarifa de referencia de $3700 y un tope de $4300. La ganadora fue Autovía Construcciones y Servicios S.A., con una oferta de $3563,45, por debajo del valor indicativo oficial. Detrás quedaron Rovella Carranza, Paolini y Benito Roggio e Hijos, todas ellas firmas con trayectoria en el ecosistema de la obra pública.

En el Tramo Conexión, que abarca el puente Rosario-Victoria, la licitación repitió la liturgia: tres oferentes y una adjudicación que refuerza el mapa tradicional del sector. El cuadro nuevamente iluminó a un conocido: Obring S.A., con una tarifa de $3385,80 frente a un tope oficial de $4050 y una referencia de $3300. La segunda fue Cosyser y tercera, otra vez, Autovía Construcciones.

Ahora se abre un proceso de impugnaciones, en general no hay porque las constructoras suelen no polemizar adminitrativamente a sus colegas, y dictámenes. Después, llegará la adjudicación final.

En esta licitación, el nuevo peaje se pagará a medida que se terminen las obras. Hasta ese momento, no correrá este cuadro tarifario no correrá. Ahora bien, ¿qué obras? Pues la ruta deberá estar “en condiciones de transitabilidad”, un estado que tiene parámetros de mejora pero no de expansión de infraestructura. Es decir, no establece obras grandes de infraestructura complementaria.

La oferta ganadora, Autovía Construcciones y Servicios, es una empresa del grupo José Cartellone, una de las constructoras que deberá dividir sus días entre las audiencias de la causa Cuadernos y la administración de una de las rutas más importantes de la Argentina.

El jueves, cuando comience el proceso, José Gerardo Cartellone junto con María Rosa Cartellone y Gerardo Cartellone, Tito Biagini y Hugo Alfredo Kot serán juzgados como coautores del delito de cohecho activo, reiterado en 10 oportunidades, y si bien se les atribuyen 30 pagos supuestamente efectuados en las oficinas del financista de Néstor Kirchner, Ernesto Clarens, se habrían sucedido en relación con 10 obras públicas.

Obring construyó la avenida circunvalación de Santa Fe, el acceso al aeropuerto de Rosario, rutas provinciales y nacionales, la doble traza de la avenida Wheelwright, la reconstrucción del muelle de Parque España, el Acueducto Centro y el Aliviador III, entre otras. Franco Gagliardo, uno de los titulares de Obring, se despegó del pago de coimas ventilado en la causa de los cuadernos de la corrupción y dijo que esa firma rosarina solo participó de una obra vial durante el kirchnerismo y que todo se hizo “honestamente”.

En la causa Cuadernos se probó mediante un informe de la Dirección Nacional de vialidad que se le adjudicaron un total de cuatro obras, por un monto total de $232.991.771,34, siempre a valores históricos. En su declaración, a Rubén Juan Gagliardo se le preguntó por los retrasos en los pagos y confirmó que estos se sucedían entonces. Y aportó un dicho: “Si no tenés espaldas, no hagas obra pública”. En ese momento, ese pilar para ser constructor de infraestructura lo había adquirido, según dijo, con un criadero de cerdos de alta genética en el que tenía socios canadienses.

Los constructores ya habían logrado un enorme triunfo en medio del proceso de licitación. Lograron que el financiamiento para hacer las obras en la primera ruta nacional concesionada por la administración Milei lo aporte el Estado. La novedad apareció a 48 horas del cierre del llamado a licitación, cuando el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE) publicó un nuevo crédito destinado a los que quieran presentar sus ofertas para quedarse con el corredor.

“En el marco de la licitación 504-0007-LPU25 lanzada por la Secretaría de Transporte del Ministerio de Economía de la Nación para el Tramo 1 de la Red Federal de Concesiones, BICE [Banco de Inversión y Comercio Exterior] dispuso la estructuración de financiamiento a través de un esquema fiduciario de garantía y fondeo“, dijo entonces la comunicación oficial de la entidad.

La novedad cambió tangencialmente la licitación, ya que hasta que se conoció, y de acuerdo a decenas de declaraciones de funcionarios del área, incluido el presidente Javier Milei, este esquema de concesiones de la obra pública vial no iba a requerir dinero del Estado, sino que serían los empresarios los que aporte el capital que luego, se cobrarían con el peaje.

Con un peaje mucho mayor al actual y con financiamiento del BICE, las constructoras argentinas tienen su revancha. Y como dijo Gagliardo, para hacer obra pública hay que tener espalda. Y si las empresas no pueden lograrlo, para eso está el BICE.

Por Diego CabotLa Nación


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