Compromiso municipal con la educación
Ante la falta de propuestas, la debilidad, falta de creatividad y ejercicio reflexivo de las que se hacen, o su concreción dependiente de recursos que aún no se disponen y dependen de decisiones de terceras instancias burocráticas, inicio esta columna con el propósito de abonar este terreno yermo, con propuestas simples, económicas, de aplicación práctica y con potencial transformador.
Las mismas están pensadas para ser tomadas por cualquier fuerza política que gobierne y en función de mejorar la calidad de vida de los chajarienses que aspiran a un futuro mejor por medio de la cultura del estudio y el trabajo honrado; sin embargo, invito a que cualquiera y en cualquier lugar, las tome, las haga propias y las adapte a sus respectivos escenarios. Una mejor ciudad, una mejor provincia, un mejor país y un mundo mejor, es el sueño que alberga mi corazón y para el cual aporto este granito de arena.
La crisis educativa
A nadie se le escapa que la educación está en crisis y, a pesar de los esfuerzos aparentes, está peor cada día y no parece abordar las necesidades de quienes mañana deberán enfrentar los desafíos de un mundo cada vez más complejo.
Uno de los tantos problemas que afronta la educación argentina es la especulación sindical en función de intereses políticos que están muy alejados de los intereses de los estudiantes; los paros, especialmente allí donde gobierna un color político diferente al de quienes ostentan el poder sindical, le quitan a los niños y los jóvenes un derecho primario como es la educación.
La pandemia agravó este escenario lamentable y nuestros estudiantes han perdido un tiempo muy valioso para su desarrollo integral. Tiempo que, por más que nos esforcemos, no se va a recuperar; sin embargo, si capitalizamos estos desafíos en aprendizajes, podemos transformarlos en una oportunidad y reaccionar de forma resiliente.
Mientras el liderazgo político se encuentra paralizado, ¿dejaremos que nuestros estudiantes, el futuro del país, sigan a la deriva sin que hagamos nada? Yo creo que sería moralmente degradante para todos nosotros y con esta propuesta intento apoyar un paso en la dirección correcta.
Pequeñas soluciones de acompañamiento
Una biblioteca de clases magistrales en audio y, mejor aún, en video, serían una contribución excelente para romper la inercia negativa.
Cada municipio cuenta con vecinos brillantes en sus respectivas áreas de especialización. ¿Porqué no convocarlos para que su saber quede grabado y pueda ser un instrumento gratuito y de libre disposición para apoyar el saber general de la población y el camino de crecimiento de los estudiantes argentinos dentro y fuera de las aulas?
Por ejemplo, el Gobierno de Chajarí dispone de una emisora radial y tecnología para producir material informativo en audio y video de muy buena calidad. ¿Porqué no ponerlo a disposición para grabar una o dos clases magistrales a la semana? ¡En un año podríamos disponer de cincuenta o cien clases magistrales en nuestra biblioteca en línea de compromiso municipal con la educación!
Sugeriría que a los responsables de estas clases se les pague un honorario simbólico por un trabajo bien hecho, pero que resulte un estímulo que nos permita invitar a los más elegidos por la comunidad para que repitan su aporte; el 10% del salario básico de un docente y el reconocimiento de la comunidad, en mi opinión, estaría bien.
Estas clases, además de pertenecer a una biblioteca municipal, pueden sumarse a otras elaboradas por otros municipios y formar una biblioteca provincial; por supuesto, la provincia podría aportar material propio.
Y de la misma forma, las provincias pueden mancomunar esfuerzos con el gobierno nacional en una biblioteca de material educativo con un valor incalculable para le presente y el futuro de la educación. ¿Podemos imaginar todo lo que puede lograr solamente un municipio en un año? ¿Y una provincia con todos aquellos municipios que se sumen? ¿Y el país? ¿Y si lo sostenemos cuatro años? ¿Y si logramos que se vuelva una política de Estado que persista en el tiempo?
¿Qué podríamos hacer con este material educativo?
Sé lo difícil que es motivar e interesar al pueblo argentino cansado de fracasos. Estoy consciente que hemos perdido la noción de la importancia de los pequeños cambios acumulados y nos hemos convertido en una sociedad que quiere soluciones mágicas, despreciando en buena medida las concretas e inmediatamente posibles. ¡Pero lo voy a intentar de todos modos! Mi consciencia lo necesita.
Por ejemplo, en un día de paro, los estudiantes igual podrían acudir a clase. Un maestro no adherido, un celador, un directivo, un funcionario público o un grupo de padres voluntarios previamente determinados y mínimamente entrenados, puedan recurrir a una de esas clases magistrales y hacer su mejor esfuerzo para que se pierda lo menos posible; permitiendo, además, que las familias y la comunidad continúen con su rutina normal. El derecho a huelga no se ve afectado y el derecho a estudiar, tal vez un poco, pero mucho menos.
También, en el caso que la huelga no permita la asistencia a la escuela o el estudiante no pueda asistir por cualquier motivo, dispone la posibilidad de recurrir a sus clases magistrales en línea y compensar, en alguna medida, su ausencia.
¿Podemos imaginarnos la importancia que tiene este material bien estructurado para escuelas de zonas aisladas? ¿O para familias que optan por el homeschooling (educación en casa)? A fin de año, lo que importa es que cada alumno justifique sus conocimientos, y no podemos desperdiciar ni una sola oportunidad de aprovechar todos los recursos disponibles.
Hoy podemos establecer plataformas educativas en línea y que pueden ser gratuitas y altamente automatizadas. ¡A un costo insignificante para su inmenso valor potencial! En esas mismas plataformas, podríamos alentar a los alumnos a demostrar su saber mediante exámenes multiple choice y premiar anualmente a quienes hayan completado la mayor cantidad de clases magistrales. También, a los docentes cuyas clases sean las más elegidas. Y observemos que aquí ya no estamos compensando carencias, sino creando un estímulo que nos lleva más allá, que nos crea motivaciones para mejorar.
Alguien podrá decir que esto igual conlleva un costo y recursos que el Estado no dispone. Por supuesto, y considerando la cantidad de dinero que se tira a la basura en tonterías, esto es completamente falso; pero aún si así lo fuera, también hay solución.
Cada audio o video, podría contar con un espacio de treinta segundos para un auspiciante. Por ejemplo, la Municipalidad de Chajarí puede promocionar sus termas en todo el país y durante años sin costo adicional; Pinamar puede hacerlo con sus playas, Tandil con sus sierras…
También, cada clase magistral, puede tener un auspiciante privado que recibirá reconocimiento por su importante contribución a un presente y un futuro mejor.
¡Se puede! Hay que ponerle ganas, un poco de creatividad y amor por el país y su gente. Y saber que las ideas no son suficientes: hay que implementarlas bien.
Hasta la siguiente propuesta.
Pablo de la Iglesia es Naturópata, Especialista Universitario e Herbodietética, Certificado en Herbodietética, Consultor en Salud e Higiene, y reconocido Especialista en Nutrición Ortomolecular; también ha realizado estudios de Programación Neurolingüística en la Escuela de Ciencias Evolutivas y el Centro Argentino de Tecnologías de Máxima Comunicación graduándose como Practicante y Máster en PNL, ambos en Buenos Aires, Argentina. Lo que más valora es su formación autodidacta durante los años que tuvo que permanecer confinado cuando le diagnosticaron esclerosis múltiple.
Autor de los libros “Recuperar la Salud” de la Editorial Errepar, «Esclerosis Múltiple, tratamiento natural», «Estimula Tu Inmunidad Natural» y «Corazón Contento» publicados por Ediciones Obelisco, «Cáncer, prevención y tratamiento natural» (Ediciones Libertarias), «El Milagro de la Nutrición Ortomolecular», «Tu Mejor Medicina», «Espiritualidad Aquí y Ahora», «Liderazgo Espiritual» (Kier), «Medicalimentos y Vitanutrientes» (Tetraedro), «Detené la Diabetes» (Grijalbo) así como de numerosos artículos divulgados en periódicos y revistas de todo Iberoamérica.
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