Cambio Climático, una maniobra de distracción

Cambio Climático, una maniobra de distracción

Cambio Climático, una maniobra de distracción / Pablo de la Iglesia

La supuesta preocupación por el cambio climático, en realidad, entre otras cosas, pretende distraernos de un problema mucho más grave: la catástrofe ambiental en que se encuentra el planeta.

Por favor, no anticipes ni concluyas, pues en los dos bandos prevalentes, nos encontramos con actitudes defensivas y frases hechas que anulan una de las capacidades más valiosas del ser humano: la posibilidad de razonar.

Por ejemplo, la contaminación ambiental es responsable del 16% de todas las muertes en el mundo, unos 9 millones. Alzheimer, diabetes, cáncer, enfermedades cardíacas, inciden en mayor medida y gravedad en los ambientes contaminados; en el caso de la salud cardiovascular, su impacto es peor que el tabaquismo.

La catástrofe ambiental no da margen para especulaciones interesadas como el supuesto cambio climático vinculado a la actividad humana. ¿Comprendes? La lectura que se hace del cambio climático es limitada por nuestros conocimientos, y las soluciones que se proponen, con frecuencia, son un verdadero delirio desde perspectivas interesadas. En cambio, si hablamos de microplásticos, pesticidas, metales pesados, aditivos alimentarios artificiales, químicos de limpieza, etc., nadie puede negar que dañan la salud y el medio ambiente.

Mientras el cambio climático se usa como una excusa para no cambiar nada, la catástrofe ambiental, tiene los responsables bien identificados y las acciones a seguir son claras; el problema es que los responsables que quieren seguir actuando con negligencia, no tienen lugar en un mundo que aborda las causas objetivas de la catástrofe ambiental.

El mundo actual, gira en torno a la enfermedad, el extractivismo salvaje y la falta de responsabilidad con el prójimo; la pregunta que debemos hacernos es si tenemos el suficiente coraje y acceso a un nivel de conciencia apropiado para hacer lo correcto, o seguiremos justificando que nos comportemos como una sociedad de orcos.

Estamos ante un problema que no es ideológico, porque atraviesa a todo el espectro; nuestro desafío está en abordarlo desde un nivel de conciencia superador y con perspectivas evolutivas. La humanidad podría haber llegado a un punto en el que, claramente, más es peor, al menos en los términos que hoy comprendemos esta ecuación; aceptarlo es doloroso porque choca con lo que ha sido útil en el pasado, sin embargo, no hacerlo, me temo, será cada vez más doloroso y complicado.

Pablo de la Iglesia

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