Acuerdo comercial con EE.UU.: Ola exportadora de varios sectores y lo que aún falta
Según fuentes empresariales, podría abrir una “puerta” en el mercado estadounidense para productos de alto valor agregado, y permitirle a Argentina reforzar su posición frente a competidores estratégicos como China.
La reciente firma de un marco de acuerdo comercial entre Argentina y Estados Unidos ha generado altas expectativas en distintos sectores productivos locales. Se trata de una iniciativa que, según fuentes empresariales, podría abrir una “puerta” en el mercado estadounidense para productos de alto valor agregado, y al mismo tiempo permitirle a Argentina reforzar su posición frente a competidores estratégicos como China.
Sectores que apuestan a crecer
- Industria metalúrgica (acero y aluminio):
Uno de los sectores más optimistas es el del acero y el aluminio. Los empresarios locales ven con buenos ojos que el acuerdo podría aliviar los aranceles impuestos desde EE.UU., especialmente en productos incluidos bajo la llamada “Sección 232” (vinculada a seguridad nacional). Si se logra una rebaja, podrían competir en segmentos más sofisticados, o bien exportar derivados que antes tenían poca presencia. Además, los industriales proyectan que podrían introducir nuevos productos, aprovechando su capacidad de innovación para insertar automáticamente bienes más complejos o de nicho. También hay una expectativa política: que EE.UU. “colabore con Argentina para combatir prácticas no de mercado en sus competidores” (una alusión indirecta a los subsidios industriales de China). - Laboratorios y farmacéuticos:
Este sector está particularmente atento: hay optimismo entre laboratorios internacionales por el impacto que podría tener el acuerdo en la regulación de biosimilares y patentes. Por otro lado, los laboratorios nacionales (como los nucleados en CILFA) se muestran más cautelosos. Esperan conocer el texto final del acuerdo para evaluar cómo se distribuirán las cargas regulatorias, si se fortalecerá la competencia, y cuáles serán las implicancias para el acceso a medicamentos genéricos. - Alimenticia / ganadería:
El sector de alimentos también juega sus cartas. Desde algunas cámaras empresariales se interpreta que el acuerdo constituye concesiones de la Argentina para permitir una entrada más fluida de productos estadounidenses, pero al mismo tiempo podría abrir espacio para aumentar la exportación local de carne. En particular, hay esperanza por una ampliación de la cuota Hilton (una cuota de exportación de carne vacuna a EE.UU.). Sin embargo, no todos en este rubro están convencidos. Algunos creen que la compensación propuesta (como la ampliación de la cuota) es limitada y no necesariamente equilibrará las concesiones que la Argentina podría hacer en otros frentes.
Las señales políticas y económicas (“guiños”)
- Desde la Unión Industrial Argentina (UIA) se destaca que el acuerdo podría ser una herramienta para integrarse al “concierto de países occidentales que respetan las reglas del comercio internacional”. Según esta visión, no solo se trata de exportar más, sino de hacerlo bajo un marco de reglas claras que favorezca el desarrollo industrial.
- El acuerdo menciona explícitamente que EE.UU. “colaborará con Argentina para combatir prácticas no de mercado por parte de otros países”, lo que deja entrever un compromiso geopolítico muy relevante, dado el peso competitivo de industrias subsidiadas en otros grandes exportadores.
- Para algunos empresarios argentinos, este pacto podría ser una forma de compensar el avance comercial de China mediante una integración más fuerte con la economía de Estados Unidos, lo que tiene implicancias estratégicas más amplias.
Riesgos y desafíos
- Aun con optimismo, hay dudas: los empresarios reclaman “letra chica”. Necesitan ver los detalles finales para evaluar el alcance real del acuerdo, qué productos estarán incluidos, y bajo qué condiciones.
- El sector farmacéutico en particular alerta por la regulación de patentes: un mal diseño podría perjudicar la producción local de medicamentos más accesibles.
- En cuanto al acero, una incógnita es si el acuerdo se aplicará por producto específico o de manera más general. Si es muy restrictivo, algunos subproductos podrían quedar excluidos y no aprovechar al máximo la abertura.
Conclusión
La frase “puerta abierta en EE.UU.” no es exagerada: varios sectores argentinos interpretan el acuerdo como una oportunidad para expandir sus exportaciones, ganar competitividad y aprovechar un contexto geopolítico más favorable. Pero, al mismo tiempo, saben que mucho dependerá de los términos finales. Para que la ofensiva exportadora sea contundente, no basta con el anuncio: se necesitan reglas claras, reciprocidad real y mecanismos que permitan sostener el crecimiento con base en valor agregado.
Si se concreta con inteligencia, este acuerdo podría marcar un punto de inflexión: no solo para incrementar ventas externas, sino para consolidar una estrategia industrial a largo plazo, más alineada con los mercados más sofisticados y menos dependiente de competidores con costos distorsionados.
Fuente: El Cronista
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