¿Rebelión interna contra CFK en el Senado? Incluyen a un entrerriano en la lista de los que podrían armar bloque aparte

Cristina Kirchner podría afrontar una rebelión interna en su bloque del Senado. Al menos, es lo que se especula en medios porteños que siguen de cerca el funcionamiento del Congreso Nacional.

Hasta ahora, la vicepresidenta logró alinear una poderosa bancada de 41 senadores, con la que pudo en estos dos años avanzar en todas las iniciativas que el oficialismo necesitó.

Pero tras la debacle que sufrió en las primarias, hay indicios de que el bloque del Frente de Todos adelgazará. De no lograr revertir sus derrotas en Chubut, Santa Fe y La Pampa, la bancada se achicará a 35 senadores, dos menos que el quórum.

Hasta ahí, el escenario parecía malo pero no del todo dramático. Con negociar con sus eventuales aliados de partidos provinciales -el rionegrino Alberto Weretilneck y la misionera Magdalena Solari Quintana- el oficialismo podría alcanzar los 37 para el quórum. A un costo alto, porque ambos senadores se descuenta harían valer sus votos con pedidos de ayuda y obras para sus provincias.

Pero la derrota en las PASO también dejó al desnudo el malestar que hay entre algunos senadores del Frente de Todos, que amenazan con una rebelión.

Está la versión de que tras la elección del próximo domingo 14 de noviembre, la bancada oficialista podría sufrir directamente un desgajamiento. La salida de 4, 5 o 6 senadores peronistas que conformarían un bloque propio.

Cerca de uno de esos senadores que se menciona podrían armar rancho aparte dijeron al diario Clarín: “Sería la jugada inteligente”.

Se referían a que así como los legisladores de las fuerzas provinciales de Río Negro y Misiones podrían hacerse valer más, con su salida del bloque estos senadores también podrían negociar sus votos -y presencias para el quórum- desde una posición de poder.

Entre los legisladores que se menciona están incómodos en el bloque aparece el entrerriano Edgardo Kueider, el jujeño Guillermo Snopek, el correntino Carlos “Camau” Espínola y el riojano Ricardo Guerra.

En septiembre, en medio de la crisis por la presentación de renuncias de los ministros identificados con Cristina Kirchner, Kueider fue uno de los pocos senadores que salió a alinearse con Alberto Fernández, a quien consideró “el único dirigente que puede garantizar el equilibrio en la coalición de gobierno”.

Según las versiones, hubo conversaciones entre ellos. También fueron consultados el salteño Sergio Leavy y el chubutense Alfredo Luenzo, identificado con el massismo y a quien se le vence el mandato en diciembre.

De ocurrir la jugada sería tras la elección y antes del recambio legislativo.

Pese a las versiones de desgajamiento, dos senadores que figuran entre los mencionados dijeron a Clarín que en realidad de lo que se está charlando es de armar un bloque “con identidad propia”, pero que se integre al Frente de Todos, que entonces pasaría a ser un interbloque.

“Se mantendría la alianza, no habría una separación total”, confío un senador.

Ante una consulta de Clarín, el jefe del bloque del Frente de Todos, el formoseño José Mayans, aseguró no estar al tanto de las versiones.

Pero Mayans agregó: “Lo único que sirve para sostener la gobernabilidad es la unidad. Sobre todo los que tienen mayor responsabilidad, como el Presidente y el jefe de Gabinete, deben tratar de compatibilizar los intereses de la Nación, las provincias y los senadores del oficialismo”.

Senadores “ignorados”

El malestar dentro del bloque viene de hace tiempo, sobre todo porque muchos senadores se sienten completamente “ignorados”, según la descripción que hizo uno de ellos de sí mismos.

También hay bronca con la Casa Rosada, sobre todo de los senadores que representan a provincias administradas por gobernadores de otro signo político.

El tema estalló en la última reunión del bloque del Frente de Todos, de la que participó Cristina Kirchner.

Se quejaron de que “no hay una política nacional” con ellos y que el Gobierno los “desaira” continuamente al negociar y ayudar con fondos y obras a los gobernadores de sus provincias, como los radicales Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Gustavo Sáenz (Salta).

“Mi problema es Alberto (Fernández), no Cristina”, aclaró un senador que no es kirchnerista a Clarín.

-¿Pueden romper el bloque?, lo consultaron.

-No me des ideas, contestó entre risas.

Otro senador, no patagónico, optó por graficar la indisposición que hay entre algunos con lo que sucedió en Chubut: “A ninguno de sus tres senadores se le ofreció la posibilidad de renovar sus bancas”.

Uno más agregó: “Los ministros (del Gobierno Nacional) vienen a tu provincia y ni te avisan. Menos te dan algo para que puedas llevar como un logro propio a tu territorio”.

En medio de todo ese runrun, se especula con qué hará el misionero Maurice Closs, que fue electo por el Frente de la Concordia Misionera y se sumó hace dos años al Frente de Todos (mientras que su correligionaria Quintana se mantuvo en un bloque propio, de acuerdo con la indicación del mandamás de la fuerza misionera, Carlos Rovira).

Closs, que no contestó la consulta de Clarín, es el actual vicepresidente primero del Senado. En el Frente de la Concordia Misionero recalcan que el senador “se cortó solo” cuando aceptó integrarse al FdT.

Y agregan: “El voto de Closs vale mucho más estando afuera que alineado con el Frente de Todos. El podría argumentar que por mandato partidario se va para sumarse a un bloque con Maggie Quintana”.

En el Senado algunos observan que Closs no romperá con Cristina.

Pero en el Frente Renovador de Misiones advierten: “En el esquema nuestro, el que traiciona se queda afuera. Si quiere estrellarse, que lo haga. Pero debería recordar que en Misiones el Frente de Todos es el Frente de Pocos”, en referencia a la pobre performance que el kirchnerismo tuvo en la elección provincial de junio.

Fuente: Clarín – Carlos Galván – El Entre Ríos

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