El G20 respaldó un nuevo impuesto a las multinacionales

La medida, extendida a 131 países, evitará que muchas corporaciones evadan al fisco a través de paraísos fiscales

El ministro alemán de Finanzas, Olaf Scholz, anunció este sábado 10 de julio que el G20 ha llegado a un acuerdo para respaldar el mecanismo de fiscalidad para multinacionales consensuado el 1 de julio por la mayoría de países que forman parte del llamado marco inclusivo de la OCDE. Esta organización calcula que este cambio redistribuirá unos 250 mil millones de dólares al año.

“Los países del G20 se han puesto aquí de acuerdo en que quieren abordar un nuevo orden tributario internacional”, dijo Scholz en declaraciones a los medios acreditados en Venecia, donde se desarrolla la reunión. Este calificó de “gran momento histórico” el acuerdo en el marco del G20 y dijo que cuando se alcanzó el consenso “se rompió en un aplauso” en la sala, porque “todo el mundo entendía que algo grande estaba pasando”.

Los ministros de Finanzas y gobernadores de los bancos centrales del G20 se han reunido durante dos días en Venecia y han llegado a un acuerdo político para secundar este sistema, que tratará de evitar que las multinacionales evadan impuestos o desvíen sus beneficios a paraísos fiscales.

Dos pilares del mecanismo

Este sistema se basa en dos pilares, el modo de asignar un porcentaje de los beneficios de las empresas, en particular de las digitales, a ciertas jurisdicciones para que paguen impuestos donde operan aunque no tengan presencia física; y en la aplicación de un tipo mínimo del impuesto de sociedades de, al menos, el 15% a las empresas con una facturación mínima de de 750 millones de euros. 

Los ministros acordaron también lanzar un llamamiento a los países recalcitrantes, debido a que la declaración ha sido firmada hasta el momento por 131 de los 139 miembros del grupo de trabajo de la OCDE que agrupa a países avanzados y emergentes. “Estoy absolutamente seguro de que habrá un acuerdo en octubre”, afirmó el ministro alemán al ser preguntado por estos países recalcitrantes, convencido del poder de arrastre que tiene el G20, que representa “el 90% del (producto interior bruto) PIB global”.

Un total de 130 de los 139 países que forman parte del llamado “marco inclusivo” de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) alcanzaron el 1 de julio un compromiso calificado de “histórico” que abre las puertas a una nueva fiscalidad de las multinacionales, que tendrán más dificultades para alojarse en paraísos fiscales y evitar pagar impuestos.

“Tras años de trabajo y negociaciones intensas, este paquete de medidas históricas garantizará que las grandes empresas multinacionales paguen su parte justa de impuestos en todo el mundo”, declaró el secretario general de la OCDE en un comunicado. La reforma fiscal pretende que las firmas paguen un impuesto mínimo sobre los beneficios de “al menos el 15 por ciento”.

El pacto fue alcanzado menos de un mes después de la cumbre del G7, en la que los países occidentales más importantes pactaron un impuesto mínimo para las grandes multinacionales. Un pequeño grupo de estados, entre los que se encuentran Perú, Irlanda y Hungría, no firmaron la declaración. Pero China, cuya posición era muy esperada, y los países generalmente considerados como paraísos fiscales, se sumaron al pacto.

“Mayor justicia”

“Las multinacionales ya no podrán enfrentar a un país contra otro en un esfuerzo por reducir los impuestos y proteger sus beneficios a expensas de los ingresos públicos”, reaccionó el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Estas empresas “ya no podrán evitar el pago de su parte justa ocultando los beneficios generados en Estados Unidos, o en cualquier otro país, en jurisdicciones de menor imposición”, añadió. Biden sintetizó así el nudo del asunto. 

Para el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, se trata del “acuerdo fiscal internacional más importante alcanzado en el último siglo”, mientras que su homólogo alemán, Olaf Scholz, saludó lo que calificó como “un paso colosal hacia una mayor justicia fiscal”. La declaración conjunta prevé también un reparto “más justo” de los beneficios entre los países donde las empresas tienen su sede y aquellos en los que realmente desarrollan sus actividades, incluso sin presencia física. Esta parte está dirigida en particular a los gigantes digitales.

“Este plan de dos pilares será de gran ayuda para los países que necesitan movilizar los ingresos fiscales necesarios para restablecer sus presupuestos y finanzas públicas, al tiempo que invierten en los servicios públicos esenciales, en las infraestructuras y en las medidas necesarias para una recuperación sólida y sostenible después de la crisis” del coronavirus, sostuvo la OCDE, que calcula que este cambio redistribuirá unos 250 mil millones de dólares al año.

Los países acordaron afinar los detalles antes de octubre y que el pacto entre en vigor en 2023.

Fuente: La Capital

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