¿Cuál es la carga fiscal real en Argentina?

En el año 2020 el Banco Mundial publicó un listado de la carga tributaria sobre la utilidad comercial que aplican 170 países. Allí identificó a Argentina con un 106%, solamente superada por las Islas Comoras (grupo de islas al sureste de África con menos de 1 millón de habitantes).

A riesgo de ser obvio, esto implica que cualquier empresa Argentina que se desempeña en el ámbito formal, por más rentable que sea, estará consumiendo su capital cada día que se mantenga en actividad.

En mayo de 2021, el Congreso aprobó un incremento en las alícuotas de Impuesto a las Ganancias para las empresas con utilidades anuales superiores a $ 50 millones (considerando la cotización oficial una u$s 500 mil) que, sumado a una retención sobre dividendos del 7% arroja un alícuota combinada casi de 40%.

En junio de 2021, también hubo cambios en el impuesto más regresivo de nuestro país, o sea el Impuesto sobre los Ingresos Brutos que grava en forma acumulada todas las etapas de fabricación y comercialización de los productos. El consenso fiscal de 2017 intentó disminuir su efecto propiciando una baja del impuesto sobre los ingresos brutos para promover la inversión. Tuvo dos años de funcionamiento hasta que en 2019 se empezaron a debilitar los compromisos asumidos y, finalmente, el 10/06/21 el Congreso le dio su sentencia de muerte y posibilitó a las provincias que vuelvan a incrementar las alícuotas del Impuesto.

Por eso es fácil identificar en los empresarios argentinos el síndrome de Peter Pan (el miedo a crecer), ya que además de hacerse más evidente para los sindicatos, también estarán más expuestos a las autoridades fiscales.

Pero el análisis del Banco Mundial no ha tenido en cuenta “toda la carga” que sufren las empresas argentinas. Cuando hablamos con cualquier responsable de temas financieros de una empresa, lo que más le preocupa son los saldos a favor. Tanto a nivel nacional como a nivel provincial, la compleja red de retenciones y percepciones (instrumentadas por resoluciones de los organismos recaudadores) genera permanentes saldos a favor cuyo recupero es imposible en la práctica. Esta situación puesta en el contexto de una economía inflacionaria genera un impuesto adicional a aquellos que se han instrumentado a través de leyes nacionales y provinciales.

Finalmente, el Banco Mundial debería también tener en cuenta lo que se denomina la carga excedente del impuesto. Me refiero a toda la carga administrativa que los distintos fiscos ponen en los hombros de los contribuyentes a los efectos de controlar y recaudar el impuesto de sus pares. Para ello es necesario aplicar recursos a contratar asesores y a tener empleados para llevar adelante esta tarea. Carga tributaria que genera importantes sanciones si no se cumple en forma detallada.

Ello nos lleva a tener en cuenta la curva de Laffer publicada hace casi 50 años. Esta curva muestra que existe un nivel de impuestos (T) que es el que proporciona mayores ingresos para el Estado. Luego de ese punto máximo, un incremento en los impuestos genera una reducción en la recaudación ya que el “premio” a evadir es suficientemente grande como para superar el compromiso a cumplir con las obligaciones fiscales. La curva pareciera mostrar que ante una carga impositiva muy alta (¿100%?) la recaudación será nula, ya que nadie realizará una actividad sujeta a ese nivel de imposición.

Si tenemos en cuenta esta demostración del siglo pasado y el informe del Banco Mundial explicando que en 2020 ya estábamos en un nivel de imposición superior al 100%, queda claro que los cambios producidos en el 2021, lejos de incrementar la recaudación generaran una reducción de los ingresos al Fisco.

La medición realizada por el Banco Mundial identificando un 106% de carga tributaria es solamente una “medición parcial” de la realidad Argentina. Si tenemos en cuenta el efecto de la inflación sobre los saldos a favor, la carga administrativa de cumplir con los impuestos, y además, actualizamos el cálculo agregando los incrementos aprobados por el Congreso en 2021, ¿cuánto daría la tasa de imposición?

Podríamos agregar también el incremento en la imposición de personas físicas que son los accionistas de esas empresas que pagan impuestos. Pero, considerando que también se han incrementado, no encontraríamos nada que nos lleve en sentido contrario a lo que estamos viendo.

Si queremos un modelo económico sustentable a largo plazo, es muy evidente que es necesario reducir la carga tributaria. Si no lo hacemos, la recaudación continuará disminuyendo por la desaparición de los contribuyentes y solamente sobrevivirán aquellas empresas que puedan mantenerse afuera de la formalidad.

Fuente: Horacio López – El Cronista

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